¡Mira!
Mis manos caen como la tarde de perdigones;
como fruta madura de tuna,
como tardía luces de sol,
como pichón que no canta en la noche.
¡Mira!
Aun las espigas están acostadas
en el mes de septiembre
que debían estar en pie.
¡Mira!
Las horas tardeadas no han gastado su olor;
en los campos tendida muere la yerba;
mi llanto todavía está despierto
y este otoño sigue empapado de mucho rocío.
¡Mira!
Mi entraña suspira
por más estaciones cargadas de otoños.
- Autor: Carlos García Oliver (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 6 de abril de 2020 a las 15:14
- Comentario del autor sobre el poema: Cuando la luz de la vela está por acabar, entonces vienen los días tristes y llenos de angustia, entonces empezamos a clamar por aquello que un día fue.
- Categoría: Triste
- Lecturas: 48
- Usuarios favoritos de este poema: alicia perez hernandez
Comentarios1
HERMOSOS VERSOS
Gracias por el aprecio.
Saludos.
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