Sus voces legendarias
murmuran.
Arrullan
la siesta bajo la carpa,
leyendas inconclusas
de naufragios
y apariciones.
Crujen los viejos velámenes
en las tempestades.
Eolo sopla, y se oye el canto
de náyades y sirenas.
Sin contornos,
siento
que no pertenezco a la tierra
ni al mar.
Ünica sobreviviente
de un navío desaparecido
hace siglos
sigo buscando
mi verdadera
historia.
Comentarios1
Con lo grande que es el océano, te queda bastante tiempo. Un placer leerte. Saludos
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