Creo en Dios sí
en ese dios con los mismos defectos que yo tengo,
no puedo más.
Puedo ser bueno como creo que él lo es
y no más
o puede ser malo como sólo yo puedo.
Creo en Dios
que eres tú
tan bueno o malo como tú lo eres.
Pues eres tan bueno como yo pueda creer que eres y no más
y eres tan malo como yo creo que puedes ser
o sino, dejo de creer.
Creo en Dios padre todopoderoso
que también es madre y toda poderosa
sólo hasta donde puedo creer en los súper poderes de las madres.
Cuando veo pobreza y guerras con mal heridos
cuando la tierra se revela y el mar se sale de sus límites
entonces ya no creo aunque él siga creyendo en mí.
Creo en el creador del Cielo y de la Tierra
que es el cielo y la tierra que conozco
aunque debe haber creado también las estrellas, otros sistemas solares y otros universos.
Y creo en Jesucristo su único hijo
que es como nosotros todos los creyentes
con las mismas creencias, errores… y virtudes, si es que las hay.
Creo en la concepción por obra del espíritu santo,
con todo su erotismo puro y santo
que se manifiesta en vírgenes hermosas e inalcanzables.
Y hasta ahí no más,
no creo en la iglesia ni santa ni católica
ni en la comunión de los santos.
Santos que andan cada uno por su lado
buscando votos para ser santos,
ni en el perdón de los pecados que no son tales.
No creo en la resurrección de la carne
porque la carne no resucita
es el polvo de las estrellas que somos el que resucita
y vuela como el viento hacia otras estrellas.
Esta es mi creencia
tan limitada como mis pensamientos y mis capacidades
y las percepciones de mis sentidos.
Por eso creo en Dios como creo en mí y algo en tí
igual como el que no cree en nada
o al que simplemente no le interesan mis creencias
Amén.
- Autor: Ricardo Nanjari (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 8 de abril de 2020 a las 16:46
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 18
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