Hace años llegue a un yermo,
me devasto ver tanta desolación,
ver el resultado de tanto dolor
y el daño de la devastación.
Decidí convertir ese campo
en un hogar para mi corazón
donde aquella maldad no reino.
Me volví en granjero y jardinero,
sembré en ese viejo campo,
soñé en transfórmalo.
Con flores se llenó,
el dolor de la hecatombe lo abandono,
animales llegaron,
las sombras lo abandonaron.
Se convirtió en mi hogar,
en el jardín donde podía soñar,
en un lugar donde la paz ha de reinar.
El mayor tesoro son mis flores
y animales que he de cuidar
en este hermoso lugar.
En el centro plantada
esta mi rosa roja,
un día al salir
sin cuidado ni prisa
encontré una pequeña semilla
la sembré en la mitad del jardín
de ahí un capullo germino,
al verla pensé en una
rosa blanca o rosada,
pero al florecer tan tímida
creí que era una peonia blanca,
con los días bien la vi,
era una rosa carmín
a la cual sentí
que debía cuidar
así se volvió en mi dulce rosa roja.
Luego esta la flor del Jasmín
cariñosa y sencilla
aunque veces por su frialdad
se confunde con una hortensia,
eso no le quita su dulce pureza.
Esta mi cálido girasol
con sus dulces rayos
te alegra la vida como un sol
cuya hermosura deslumbra.
Además, hay un lirio rosa,
tierna como ninguna
puede ser agresiva
pero hay detrás sigue su bondad
e ingenuidad.
Por un lado, esta mi peonia roja
es mi dulce pequeña
la cual me mostró la verdadera riqueza
una flor sin igual
la cual quiero y respeto.
Como olvidar al lado del girasol
una begonia naranja con
un gran resplandor,
comprensiva y extravagante
pero siempre despampanante.
En este jardín hay más flores
tantas que parecen más de mil
cada única y sin repetir.
Por otro lado, están los animales
cada uno en su estado salvaje
pasean por acá cuando
no los logras ver.
Esta un lobo gris
siempre se acuesta
junto a su rosa
sin afán ni prisa,
es grande en compasión y generosidad.
Hay un lobo estepario
hermano del lobo gris,
fiel, listo y solitario.
A veces un tigre se pasea
por acá y por allá,
se pierde y regresa,
siempre se ve su ferocidad
al andar.
Así es como muchos animales
vienen y pasean en este
hermoso lugar,
en mi paraíso terrenal.
Mi jardín es mi gran lugar
donde siempre puedo descansar
de todo dolor y adversidad
donde desaparece la ceguedad
que trae el dolor y la desolación
este mundo sin comparación.
- Autor: J.S. Daleman (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 9 de abril de 2020 a las 16:40
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 62
- Usuarios favoritos de este poema: alicia perez hernandez
Comentarios1
Siento al leerlo, además de gozo de tu hermoso jardín, desazón. Un placer leerte. Saludos
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.