Regresó la luz, en el preciso momento que se disipó
la niebla que había atrapado la dulce mañana...
Tan solo algún que otro grito de las urracas,
hacían presagiar una noche tan oscura, que incluso
podía perderse la mirada...
La sombra, se tornó resplandor, y en canción de
verano, los nubarrones bien cargados de agua.
Por un instante, diluvió soles, luces y sombras,
mientras se disipaba mi sueño.
¡Los ángeles amigos míos, en rara ocasión,
llegan a conocer las miserias de los humanos!!.
- Autor: emiliodom ( Offline)
- Publicado: 11 de abril de 2020 a las 05:16
- Categoría: Amistad
- Lecturas: 31
- Usuarios favoritos de este poema: alicia perez hernandez, Yamila Valenzuela
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