Hay una silla frente a la piscina vacía,
Una joven se reclina a la orilla.
Trae puesta su falda amarilla.
El blues suena desde una bocina.
Su madre llora distante en la cocina.
La joven lee a Cortázar y respira,
Reprime y calla, no hay alternativa.
Se le derrumba la vida y la familia.
Le queda un libro, una silla y la piscina vacía.
Se ha hecho inmune, impenetrable.
Ya no le duele el fin inevitable.
Se ha vuelto estatua, imperturbable.
Egoísta y canalla irremediable.
Le molestan las lágrimas, los lamentos,
La indiferencia, los falsos consuelos.
Le molesta comprobar que nada perdura,
Que el amor se acaba y la unión se esfuma.
Está cansada de sentirse incapaz:
Incapaz de compadecerse.
Incapaz de abrazar.
Siente que no puede escuchar ni entender a mamá,
No sin antes pensar que es muy débil y no sabe amar.
Y quisiera poder ser de otra forma,
Pero es que más que persona
Ella se siente una roca.
¿Por qué el dolor no la toca?
¿Por qué ella está feliz pero mamá tan sola?
El padre hiere, la madre llora,
Ella finge y su hermano ignora.
Y la casa se viene abajo.
El futuro se rompe en pedazos.
Y le llaman esperanza a un viejo saco,
a punto de romperse por tantos retazos.
Y a mí, y a la joven,
Nos queda una blanca silla,
Al borde de la piscina.
Una falda ondulante y amarilla.
Nos queda un libro brillante,
Que llamamos "la guarida".
Nos queda un vacío insaciable,
Que nos endurece ante la vida.
Nos queda un hoyo profundo,
Que ya no podemos nombrar "familia".
Nos queda una estúpida sonrisa,
Porque somos crueles y egoístas.
Nos queda una triste melodía,
Que acompaña a mamá mientras llora en la cocina.
- Autor: Christian (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 15 de abril de 2020 a las 06:20
- Comentario del autor sobre el poema: He estado mucho tiempo inactiva y ausente. Hoy regreso a publicar otro poema, porque suelo venir aquí como vía de escape a mi realidad. Creo que mis peores circunstancias son mi mejor inspiración para escribir; así que aquí estoy, una vez más, perdida, confundida, molesta, triste, medio vacía, pero completamente transparente. Sólo aquí puedo ser lo que soy, tanto la parte buena, como la otra, aquella que no quiero que nadie conozca. Sólo aquí he podido encontrar belleza en el hecho de sentirme pequeña, miserable y defectuosa; y eso no lo cambio por nada.
- Categoría: Familia
- Lecturas: 51
- Usuarios favoritos de este poema: Solasdelval, Anton C. Faya, Lualpri
Comentarios3
Fuerza... para sentir...
Sentires y pasares muy profundos
Que al transitar dejan secuelas
A ti, a mí, a todo el mundo
Con poca, mucha o nada diferencia!
atte
Luis
Una fuerte historia bien narrada.
Felicitaciones!
Cuídate mucho!
Y nos sigue quedando la vida, llena o vacía, con silla, con falda o con Cortázar, en la piscina o en la cocina, la vida se burla y continúa ahí entre existente y diluida.
Un abrazo Alondra!!!
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