Memoricé las reglas, viéndolos caer ante mis pies.
Tristes golondrinas, fue lo primero que dijo el noticiero.
Pero luego lancé la tv por la ventana con la esperanza de continuar viva.
Aunque vuelvo a morir,
cada vez que pienso en ti.
Descargo la furia en versos estrepitosos.
Y ellos me observan desde el umbral de la puerta, como inclinados.
Es extraño, sin embargo.
Como que los amo.
Aunque ahora mi vida es un carril agridulce
en honor a tu perdida
y el abominable hedor que ello deja.
- Autor: Beetlebum (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 16 de abril de 2020 a las 00:44
- Categoría: Triste
- Lecturas: 20
- Usuarios favoritos de este poema: Lualpri, Paolo Gil Euceda
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