A los maestros Vásquez Brito y Murguey
Cayó la tarde, el mar ronaba por los lados de El Tirano y triste se dormía la Bahía de Pampatar. Desde Taguantar, yo miraba como sobre sus aguas, el sol se dormitaba. De repente, la tierra giró dos veces o quizás una eternidad, no lo sé; solo sé que la atmósfera blanquiazul de aquel instante se fue lentamente diluyendo y con ella, haciéndose inmateriales; los pinceles de aquellos dioses del color, sin edades. La bruma de las Salinas de Coche borró de mi mirada sus siluetas mientras se marchaban juntas a través de la hendija que en el cielo hizo la Luna al menguar. Fue entonces cuando vi cruzar junto al horizonte a una tucusita de la Virgen rumbo al Valle del Espíritu Santo, en su piquito llevaba la mala nueva de que en los lienzos, los óleos; no pintarían más las marinas de Margarita.
Emilia Lee / @lamujerdeabril
*Texto participante del Concurso "Pocas palabras son mucho cuento" y publicado en la versión web del libro del mismo nombre (enero 2020)
Imágen: Marina del Maestro Carlos Murguey, isla de Margarita-Venezuela
- Autor: La Mujer de Abril (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 18 de abril de 2020 a las 11:24
- Comentario del autor sobre el poema: Homenaje a dos de los grandes artistas plásticos (pintores) de la isla de Margarita- Venezuela; que ya no están con nosotros en este plano de manifestación, quedan sus MARINAS como testimonio viviente de su paso por esta tierra y su palpitar insular.
- Categoría: Cuento
- Lecturas: 30
- Usuarios favoritos de este poema: Lualpri, EMILIA LEE / La mujer de abril
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