¡EL ENCIERRO!

arturo maldonador

 

Pequeño, algodonoso, de pelaje gris,

por que un baño le falta.

Se parece a la mascota

que compartio su vida con la mía casi 10 años.

Subo la cuesta cotidiana

con cierta aprensión.

Es como ascender la vida

que me causa angustia y malestar.

Este hermano mío

me recuerda no solo la pendiente,

tambien el encierro

que causa claustrofobia

física y emocional.

Lo observo con atención,

corre hacia todos lados, jadeante,

 con la lengua usualmente de fuera,

ahora se le quiere salir.

Se para de patas frente a la reja.

y con miedo reflejado en los ojos,

voltea a mirarme.

Me doy cuenta

que quedo encerrado,-

y desesperado busca una salida.

Personas van, personas vienen

y abren la reja.

En cuanto se acercan,

huye hasta un rincón.

Es el momento de salir.-

La reja se obstruye y sigue confinado.

Un pensamiento cruza por la mente:

Han mandado quien abra mi reja

y podría salir de esta cárcel-

Estático, tambien estoy alejado de la reja

y sin moverme-

sólo veo como la abren y la cierran.

¿Cómo darme cuenta de mi propio encierro?

De pronto, alguien pasa muy cerca de mi.

Me da su saludo y observo su perfil.

Sigue su camino.

Con detenimiento me fijo como camina.

Huele a recien bañada,

a flores y a campo en primavera-

Sus piernas blancas y muy bien torneadas.

Es un alma, encerrada en un cuerpo de mujer.

Suspiro, mientras abre la reja,-

y mientras sentado pienso en este poema,

el perrito corre presuroso hacia ella.-

Pierde el miedo, no se por qué.

y meneando la cola tambien sale de su encierro.

Me levanto y  encamino a la reja.

Su sonrisa me alimenta.

Tambien salgo y muy dentro de mi,

me doy cuenta que como el perro

permanezco encerrado muchas veces.

Alguien aparece y abre una puerta.-

Y por este instante, tambien encuentro

mi propia libertad.

EL POETA DEL AMOR.

CUERNAVACA, MORELOS. MÉXICO.

  • Autor: arturo maldonador (Offline Offline)
  • Publicado: 29 de julio de 2010 a las 05:34
  • Comentario del autor sobre el poema: Yo tengo mis propias cárceles. De algunas de ellas, con ayuda, me doy cuenta. De otras, no me he percatado. La naturaleza del ser humano es vivir en la carcel de su propio cuerpo. Llego a creer que soy un cuerpo donde vive el alma, y no de ser un alma habitando temporalmente un hotel, que conforme pasa el día se deteriora más y más. De allí nació la idea de este poema.
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 142
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