Nos cambió la vida

Nos cambió la vida

 

La vida nos cambió súbitamente, fugaz y repentinamente

En un cerrar y abrir de ojos, estamos abocados probablemente

A un encierro duradero de meses, semanas y años seguramente

El horizonte se ve lejano, de nubarrones oscuros bruscamente

 

El futuro se torna incierto, del encierro de sus horrores

Esta pandemia es letal, de cepas diferentes de los virus anteriores

Causa estupor y corren rumores, de pánicos de sus horribles temores

Se asemeja a un cismo catastrófico, de pavores de sus temblores

 

La vida nos cambió la ruta acelerada, la incertidumbre de sus prioridades

El cielo azul radiante, se torna en instantes lleno de oscuridades

La gente corrió despavorida, llena de llantos de virus y enfermedades

Los hospitales se llenaron de pacientes moribundos por cantidades

 

Nos cambió la vida, llena de vanidades que nutren sus egoísmos

De ilusiones vanas y huecas, que reflejan falsos espejismos

No ha hecho mella los estragos, que han causado la malaria y sus paludismos

Vivimos engañados como los oasis, que calman la sed por instantes, de los caminantes en sus organismos

 

La vida nos cambió las comodidades, el reto de nuevos desafíos

Se acabó el tiempo de la división, el panorama se vislumbra sombrío

Las guerras biológicas producen en el cuerpo un constante escalofrío

Se acabaron las brechas, las clases sociales, todo es podredumbre y hastío

 

Nos cambió la vida y acabó con las presumidas indiferencias

Todo es superficial y vivimos rodeados de falsas apariencias

Nos cambió lo arrogante, la insolencia de los poderosos y sus decadencias

La soberbia nos elevó los egos y desterró lo poco que quedaba de las prudencias

 

Nos cambió la vida para bien de la humanidad, con deseos ardientes de cambiar

Que esta pandemia haya servido, para enderezar el camino y de los miedos silenciar

Que todos somos iguales ante Dios y a la muerte, con el espíritu cargado de anhelos infinitos de soñar

El virus nos dejó ver, que somos frágiles y le huimos a las enfermedades con gritos lastimeros poder silenciar

La naturaleza nos ha dado un compás de espera, para un nuevo amanecer y volver a comenzar

 

“Joreman” Jorge Enrique Mantilla – Bucaramanga, abril 14-2020