Si el amor titila,
no hay nada en la vida
que la distancia, distancie, porque ante todo, hila sus estaciones.
Es eterna la esencia de la terneza,
pue, el olvido, al ser hojarasca,
el viento lo arrastra.
El cariño carece de verjas;
tiene alas, vuelo,
y de conford zonas
que soslaya la división.
En el jardín de la vida,
nacen adversidades,
que retan a la ciencia,
y pintan esperanzas.
Las vivencias, ausencias y lejanías,
nunca olvidos ni silencios,
es el nexo, que como el viento,
viene, sopla y se va,
y vuelve sin mirar atrás.
- Autor: Rafael Parra Barrios (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 24 de abril de 2020 a las 21:12
- Comentario del autor sobre el poema: Cuando el amor brilla no existe posibilidad alguna de distanciamientos ni probabilidades que se apague. Si el amor vive, no muere la lejanía, sino, que así haya distancias, estas se evaporan con la fuerza de la terneza y del cariño que prevalece en la familia, las amistades y relaciones de pareja. El amor no se extingue con la distancia, se reafirma en la lontananza y se hace eterno con ese abrazo aquí, allá y en todas partes, así como esos abrazos inmensos desde aquí hasta allá. El amor es único e indivisible, y no es cuestión de moradas comunes o de distancias físicas. Si existe, con morada o sin mirada, persistirá, porque su verdadero hogar es el corazón, el alma, el ser.
- Categoría: Amor
- Lecturas: 52
- Usuarios favoritos de este poema: Rafael Parra Barrios, Rosalways
Comentarios1
El amor de Dios, presente en el ser humano, envuelve el tiempo y el espacio en donde existe. Cuando plateo la indivisionalidad del amor, parto de Dios, presidiendo todas las circunstancias en donde el hombre interactúa.
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