Blancos cachetes granulados
Traviesos redondeles tentadores
Que perturban al hombre más casado
De manos temblorosas y atrevidas
Blanco inobjetable de miradas
Perdidas, vagabundas, distraídas
Detonante de glándulas masculinas
Y de una que otra femenina
Fogata lujuriosa y chispeante
De pensamientos e ilusiones bailarinas
Que giran y danzan en la hoguera
Del infierno en que gustosos estarían
Al son de la música resuena
Como bongoes que mil manos golpearían
Mientras muslos y caderas contonean
En un ir y venir de bambalinas
Son como luces de neón intermitentes
Con mensajes de gran alevosía
Que invitan sin mucha sutileza
A pasar a probar de esa ambrosía.
El guardián de sus sueños yo sería
Y el que cuide y modifique su barriga
Entretanto con placer desnudaría
Y esa rubia colina escalaría
Un salvaje perro hambriento cuidaría
De tu valle, tus colinas y tú ría
Del vergel de tus uvas y frutillas
De tus pechos y tu boca probaría.
- Autor: Pebels (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 25 de abril de 2020 a las 22:29
- Categoría: Erótico
- Lecturas: 89
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.