Si no fuera una bóveda
Una cápsula
Un receptáculo
Una caja de seguridad
Donde guarden crápulas
Sus azabaches secretos,
No se extirparían
Órganos vitales
Cuando los retiran
Paranoides pensando
Que en las instancias finales
La bóveda revele los nombres,
La cápsula desencapsule
Los terrores intráneos.
De maníacos gozosos de sufrimiento
Queriendo hacer de sus salvadores
Receptáculos de profanos dolores.
De las incubadoras de carne
De escarlatas chorros
Que harán un charco al descubierto
Antes que su cuerpo yazca yerto
En la hipotermia de algún invierno
Que sepa esto y no lo ignore
Seré depósito de conciábulos
Hasta entonces.
Hasta que la bóveda no vede
Sin importar lo que eso conlleve
Y a quienes al sepulcro lleve
Encajando en el arcano cerrojo
Las llaves de rojas linfas.
El secreto
Es que todos los equívocos
Creen saberlo completo,
Y los criminales creen
Que el rastro no fue descubierto.
Mas la bóveda no se ha expuesto aún
Develando lo oculto
Frente a sus temblorosos ojos.
Y mientras tanto
Nadie sabrá que yo sé
Lo que todos creen
Que nadie sabe.
La encadenada bóveda,
De a poco se rompe y se abre,
Sus peores temores execrables
Culposos recuerdos delictivos
Se irguen y salen...
JULIETA IALLORENZI
PATENTADO EN SADAIC Y DNDA
DERECHOS DE AUTOR RESERVADOS
- Autor: JULIETA IALLORENZI (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 27 de abril de 2020 a las 16:35
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 67
- Usuarios favoritos de este poema: Sinediè, alicia perez hernandez
Comentarios1
Julieta:
estuve borrando poemas. Yo no tengo una casita y un ordenador para escribir. Ha mi nadie me tiene los derechos reservados. Tengo un telefono que cabe en la palma de la mano, con la pantalla rota. Casi no me caben los dedos en el teclado. Si me quieres creer: lo borrė sin querer. Gracias por tu atención. Y por tu escritura. Te pido mis mas sinceras disculpas.
HALO
Ellos son casa, mundo, taza.
Nosotros poco, nadie, nada,
habitaciones apartadas. Lejos.
"Si estamos": motas, sobras, faltas,
el polvo deambulando, lento;
son muchos... No. Somos.Nada.
Ellos, todos: limpios, buenos,
la mirada descolgada
de una lámpara tapada.
Nosotros, ninguno: sucios, feos,
un beso de persianas
pesando en las ventanas.
Un rayo de luz arroja sombra
y, en su quietud, la abre paso
porque la aparta, difuminándola.
Somos noche, aliento.
Somos verdaderos, manchas.
!Son tantos! que a veces sueño
que siendo solo unos pocos,
solos, ya somos demasiados;
estamos en todas partes.
No podeis tocarnos.
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