Primeras luces del alba . Más puro que nunca en cuarentena el amanecer, y tan oscura como siempre la noche. Nocturno agitado en el levante español del distanciamiento social. Se extingue la luna con las primeras sirenas de la policía, clarines que anuncian toque de queda diurno. Consumación de un secuestro en un régimen carcelario de estado. Para los que saben descender de los balcones. EL sonido policial es el anuncio de huída por las esquinas con una mochila acuestas con: radios, lámparas, alguna cartera con monedas, bragas de la hija dueña de la casa, y hasta algún solitario billete de 5 euros. Tarjetas plásticas tiradas a la alcantarilla van hacia la depuradora que no funciona, y de allí al ancho mar. Como el dinero de la depuradora a los estrechos bolsillos de funcionarios y empresarios. El primer wassap por la mañana, enternece al ojo del acosado ciudadano. Le han robado a su vecino. A él le toco ayer. EL poniente trágico, es el primer desgarro de la mañana, al pisar la tierra seca y polvorienta del pedregal habitado . Donde han rellenado de cemento que salta como los bordillos todos los años. Volviendo el pedregal y el polvo seco. En estos lugares de alacranes es donde hizo con los siglos estos malhumorados pueblos. El viento hace elevar los toldos de las azoteas . Bajo ellos siestean las macetas siempre sedientas. Repletos de tiestos de marihuana, pimientos, albahacas. Algunos toldos se desprenden de sus cuerdas . Agitados por el viento, dándose golpes. Son doblados y retorcidos, están animados hinchándose y deshinchándose. Parecen luchar por mantenerse en pie . Las cobrizas cañas que sobresalen de la tela como brazos, desde lejos, parece la figura de un desvencijado fantoche que represente “ la muerte” asaltando las azoteas. Ladridos de perros confinados con sus dueños- Algún lejano gruñido de cerdos vietnamitas ocultos en la selva de las casas que hace dudar lo escuchado. Son los ecos de una ciudad del siglo XXI ,que hace poco fue pueblo. Los animales cosmopolitas, venidos de otros continentes, campestres y urbanitas, agonizan en cocheras o corrales. Pasan como autóctonos ibéricos , incluso en las cocinas de los oligarcas donde son servidos, cuando acercan al pueblo para llenarse las despensas. A cierta distancia se escucha el lamento de un trabajador que guardaba sus herramientas en sus desvalijado almacén. se las han vuelto robar en cuarentena. Un jilguero se acerca a la ciudad del silencio de la cuarentena, alegrando con su canto. Es atraído por la morera de la acera. cae abatido de una perdigonada de un aburrido tirador confinado.
Buena puntería primo- felicita el basurero que pasa la escoba a la calle mirando al segundo piso, donde sale un intenso olor a marihuana y el humillo blanco de la carabina.
¿ Sabes si hay faena para limpiar las calles? Le pregunta apuntando a un estornino tras cargar la carabina.
Habla con el concejal- le responde al segundo tras un silbido que rompe un corazón, recogiendo al estornino que agoniza.
Se escucha la carcajada de Caín en un páramo de bíblico castigo. Con cuidado de escribir en el wassap, porque por escribir que hay caos social en un estado autoritario. El estado, con esos tic mafiosos de la cal viva puede acusar al inocente. La queja queda muerta en el silencio ahogado en el corazón, aguantando el insulto del saludo del grupo de cuarentena progresista del estatalismo funcionarial oficialista, que exhibe sábanas fantasmales en el balcón que anuncian la mentira irónica :
“todo saldrá bien”
En el jardín donde enterraron a Vicente el estafador, a Pepito el jugador, a Ramón el abogado, a Lázaro el timador, a Juana la infiel, a Pilar la alegre, a Virginia la viuda de comeciales Carrero, también enterrado en ese jardín, como Amador el feriante, y tantos otros …entra nuestro personaje dramático. Varón humilde, que no le pide al mundo más que respeto. llama al timbre. Al poco rato, una vieja criada de luto le abre la puerta. Tras ella un hombre con metralleta, que la baja al verlo.
Josefina- saluda el hombre quitándose el sombrero. Necesito hablar con doña Vitoria.
Josefina se aleja dejando la puerta abierta del comedor donde ametrallaron a Don Gaspar. Este era un terrateniente emparentado con la aristocracia oligárquica que impedía la apertura de una frutería de un amigo de doña Vitoria. De la reunión con la madrina no salió.
Al cabo de unos minutos, le permiten la entrada a este hombre. Lo hace acompañado por dos hombres de la casa . Ambos vestidos de traje y sombrero. Caminan graves, como es la vida. Van en silencio. La ley más importante de la supervivencia en la vida social. Le escoltan uno a cada lado. Entran a una amplia habitación. Las cortinas de satén rosado crean un ambiente en semipenumbra. Al fondo, una mujer mayor, en silla de ruedas. Apenas sobresale su cabeza de busto romano tras una gran mesa .Examina con sus ojos grises que apenas ven, el rostro de la persona que llega a implorarle.
Con un gesto autoritario, le invita a hablar al hombre.
Quitándose el sombrero, balbuceando, con voz y gestos de un hombre desesperado, suplica más que habla.
Buen día madrina. soy el bueno Nino Angelillo, su agricultor ecológico, el que le lleva el orégano, y la albahaca para las pizzas que hace su esposo. la menta para el rizzoto. Las lechugas de las ensaladas sicilianas, los tomates, lo ajos, las cebollas, los calabacines, los crisantemos para la familias, de los que digamos, desaparecen en el río o en el monte… Usted apenas me conoce. Yo entro por al puerta de servicio. Soy de los que aplaude todos los días a las ocho de la tarde para que usted tenga salud, doña Vitoria Colocone. Un par de veces nos hemos cruzamos en la cocina . No sé si se acordará. Me dejó basarle su anillo de casada. Y me dio 100 euros de propina por mi muestra espontánea de respeto a la fidelidad. Hoy he pensado en usted. Es la única persona que puede ayudarnos. Usted , Doña Colocone, es una mujer de honor. Como eran nuestras abuelas. ¿ Se acuerda de la mía? La llamaban la honradez. Un día abofeteo a un hombre por decirle guapa. Ellas vivían con respeto hacia si misma, y hacia el resto. Y no era necesario cerrar las puertas de las casas en este lugar de bien. quisiera pedirle con humildad : respeto para mí , para mí barrio, para mí pueblo. ¡Mí santa madrina!- ( gesto de desesperación, hace una señal de la cruz ) no se olvide del pueblo llano, tan necesitado de protección. Los hombres adultos, somos como niños indefensos cuando estamos solos, cuando somos pobres. No tenemos protección frente la corrupción y la hipocresía del estado.
!Necesitamos una madrina que nos proteja y nos cuide!
No hay respeto entre vecinos, madrina. Un drama. Donde vivo hay robos, amenazas, agresiones. Yo le digo a la gente, no vayáis a la policía , no vais a resolver nada, aquí no llega la policía. Están ocupados deteniendo a raperos, persiguiendo bulos, a gente que hace vídeos con pistolas de juguete. Cuando ocurren asuntos serios- les digo-! hay que ir a la madrina y no a la comisaría! No se puede dejar la seguridad , en algo tan vendido e hipotecado como el estado.
La madrina le apremia a que vaya al grano.
Pregunta al oído de uno de sus hombres que se acerca ¿ qué le pasa al caballero?
Este hace gesto de no saberlo.
Nino Angelillo lo nota , se deja de preámbulos.
Perdone mi lenguaje. Ahora Doña Vitoria Colocone. Iré al grano. Al asunto que me ha traído ante usted. La gente de que le hablare, es la que está creando tanta inseguridad, asco ,y ruina social. Se cagan en las puertas de la gente para molestar. En mi casa, en las casas mujeres honradas. Esas mujeres son cocineras, limpiadoras, peluqueras, madres. Lo hacen jovencitos, y no tan jovencitos. Han ido a escuela pero no tienen educación. El sistema académico es un fracaso…
Al grano Nino. apremia la abuelita madrina, poco amiga de los discursos.
Si, si- exclama Nino Angelillo- Se pasan el día en la calle, traficando al menudeo, robando miserias, insultando a las mujeres, a las guapas, y más a las feas. Es una vergüenza lo que hacen. No es que solamente roben, o amenacen, es que al hacerlo no tienen clase. Queman la sangre de toda la comunidad sin ganar casi nada a cambio. Ancianos, parados, pobres trabajadores…. Todos gente indefensa. Gente aislada en sus casas. Abandonada por el estado en barrios marginales, cansadas de vivir. Esas son sus víctimas. Son ruidosos como ratas, trafican con la música alta delante de la policía, todo el mundo les oye. No tienen clase. No son dignos de llamarse ni traficantes, ni ladrones. Lo que yo quisiera. No sería que dejaran de traficar, ni de robar. La gente tiene derecho a vivir de algo. Solo que no lo hagan entre los miserables. Que se vayan a los bancos a cagarse en sus puertas. Si tienen que robar gallinas, que no se las roben a un jubilado . Un pobre hombre que ha trabajado toda su vida de zapatero. Deben tener clase, ir al zoológico a robar avestruces. Lo que yo quisiera pedirle, mi madrina. Es que esos vecinos que tanto mal hacen a la comunidad , deben aportar, algo sin dejar sus negocios, claro.
Gesto de agrado a la madrina que escucha pensativa.
Es decir, no vamos a evitar que trafiquen . De algo se tiene que vivir, y en España no hay más que eso. Bastante desgracia es estar en europa. Mucha competencia con alemanes , suecos, ingleses , franceses por inventar. Al final siempre perdemos. Si compitiéramos con áfrica, nos iría algo mejor. ! La culpa de nuestros males es de la geografia ! Nos juega una mala pasada. Pero estos chicos, pueden pagar un impuesto a los vecinos donde viven. 200 euros mensuales a cada uno de los vecinos. Por las molestias. He hablado a asociaciones vecinales, están a favor de la medida. Activaria la economía y no iría a parar al ayuntamiento, que es un gestor corrupto. Usted puede hacerlo madrina. Donde han fallado sus padres, los psicólogos que los tratan, donde el estado es cómplice de estos crímenes que cometen contra gente indefensa, solo lo tenemos a usted para hacer justicia. Hay que hacerles pagar un impuesto a la comunidad. Y que trafiquen , roben, prostituyan, maten… Pero en silencio, madrina. Tal y como estamos los vecinos frente sus delitos. Silencio para todos, para la bueno y para lo malo. Enséñeles a ser como usted madrina. Discreta, educada,
La madrina manda que la lleven en su sillita de ruedas hacia Nino Angelillo. Extiende su mano, flácida, cansada, huesuda, para que la bese. Este lo hace de buen grado. Y tras pensar ordena y manda:
Interesante, interesante lo que dices. La más miserable realidad nadie nos la cuenta. Y es importante, Nino Angelillo. Las cosas que me has dicho, sin duda son más importantes para la vida de mucha gente que el paro, las enfermedades , las guerras. Nada puede doler más que a un hombre le roben su radial. Más que el estado le robe miles de euros toda su vida, o que su vecino pase hambre, o tenga una enfermedad mortal causada por la contaminación. Juegan con eso los políticos.
Sergio, hablaras con el diputado conservador que tenemos en nomina, y nuestros chicos de la prensa, el ABC, el Mundo, la razón…. Y le dirás que a partir de ahora va a impulsar un partido populista , sin ideologías, llamado “el tres de picas”. Pero cuyo discurso gire en torno a la seguridad ciudadana. Un partido político cuya propuesta estrella sea hacer patrullas callejeras de vecinos que impondrán el orden y la ley del pueblo. También que la gente humilde y honrada como Nino Angelillo, como la familia cocolone, podrá ir armada por las calles. Cada hombre debe procurar por su propia seguridad y la de su familia. No se puede dejar la seguridad en manos de un estado lleno de corruptos policías al servicio de los políticos y la oligarquía.
Nino Angelillo, Bravo Nino, tu serás el candidato del partido. Eres como te has definido, un hombre bueno, de ideas sencillas, que conoce la miseria del pueblo, y conoce las recetas que necesita.
Si mi madrina. Así soy yo. Me ha descrito usted perfectamente , y me ha leído el pensamiento. Exclama Nino Angelillo con las manos de la madrina en las suyas exclamando: Justicia, justicia real ya doña Vitoria.
La madrina exclama a sus hombre:
Habla ya como un político. Me gusta.
Angelillo de Uixó.
Este articulo esta basado en hechos reales. Algunos de los robos que se han producido en cuarentena por aquí paso a enumerarlos.
A un vecino le han robado la motosierra, la radial, y varias cosas más.
A otro le han entrado en la casa. Supuestamente le robaron todos los objetos de la caseta. Al volver otro día y abrir el pozo, vieron allí flotando algunos de los objetos supuestamente robados. se los habían tirado todos. ahora tienen que tirar toda el agua del aljibe, repararlo, volver a llenarlo con una cuba y comprar utensilios domésticos.
A mi vecino de abajo, le robaron el capo de ajos, pero no los robaron, empezaron a tirarlos por el camino, durante casi un kilómetro estaba el camino todo lleno de ajos.
- Autor: Angelillo de UIxó (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 13 de mayo de 2020 a las 14:38
- Comentario del autor sobre el poema: la madrina es un alegato anti estado, a favor de la libertad de portar armas, para que cada uno se defienda lo mejor que pueda, y esperpento periodístico y trágico basado en hechos reales de los robos producidos en Vall d´uixó en cuarentena.
- Categoría: Cuento
- Lecturas: 16
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