CALLE DE DIRECCIÓN ÚNICA.

SERAFIN ZAPLANA

 

Como el agua entre los dedos

el tiempo se me pasó,

jamás pensé en retenerlo,

mi trabajo me costó

asumir que el tiempo pasa

y nunca jamás volvió.

 

Recuerdo, cuando de niño

tan lejos veía yo

este extremo de la vida

al que el tiempo me empujó.

 

 Esto es lo que ocurrió…

 

La vida es una calle corta,

con poca numeración.

 

Empieza el uno, y el dos.

Pasa el veinte….

Pasa el treinta….

Y de pronto se acabó.

 

Quedan huecos en la calle,

solares donde existió,

el cuarenta, y el cincuenta,

números que no alcanzó

el que a ese punto de calle

la vida no le llevó.

 

Otro llega hasta el sesenta

y puede mirar atrás,

viendo ya una larga calle

que no volverá a pisar.

 

Recuerda que por el veinte,

una mocita le amó.

Muy poco más adelante,

un hijo le trajo Dios,

el cual por su propia calle

hace tiempo se marchó.

 

Cuando niño te parece

esa calle sin final,

ya que tu visión no alcanza

ni siquiera a la mitad.

 

Mirando desde el principio,

no llegas a imaginar,

que a vuelta de aquella esquina,

ahí mismo,

puede acabar.

 

Te parece que ni un bache,

en ella te encontrarás

más, puede que queden tramos

que estén aún por asfaltar.

 

Existen calles que acaban,

contra un muro que saltar,

otras llevan al abismo

imposible de pasar,

también caminos de rosas,

perfumadas de azahar,

nunca sabrás al principio

lo que te vas a encontrar,

cuesta arriba o cuesta abajo,

avenida principal,

autopista gratuita,

o camino vecinal.

 

Lo de que sea larga o corta,

eso se verá al final.

 

Hay calles que se acabaron

sin ni siquiera empezar,

proyectos que se abortaron

y nunca vida tendrán.

 

Las hay largas y estrechas,

sórdidas,

sin sol jamás,

 de las que dan miedo si tienes,

 por ellas que transitar.

 

 

Otras,

son largas,

con docenas,

y aún más,

de números, que en sus fachadas

brillan con felicidad,

anchas,

bien iluminadas,

cómodas al caminar.

 

 

Sea cual sea la calle,

que te ha tocado pasar,

no dudes, ni tengas miedo.

Síguela hasta el final.

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