Tarde o Temprano estaré contigo:
No voy a pedirte permiso.
No voy a seducirte para entrar en ti,
Sabes que no acostumbro a abonar el camino.
Tampoco, y lo has comprobado muchas veces,
al llegar no me presento para actuar.
Soy el espía que te atrapa desde adentro.
Sabrás que estoy presente cuando ya no tengas remedio,
Cuando tus defensas se evaporen de tú cuerpo frágil,
Y tus desmayos revelen que eres una más de mis dominios.
Al rechazarme,
Con el cansancio de varios viajes compartidos,
Sentirás por mí una dolorosa seducción,
Y en un gemir imperceptible,
caeras presa de mis abrazos sofocantes.
Y así,
En una fiebre delirante,
Verás mi gran familia por doquier:
En todos los lugares por donde transitas y
En estrellitas húmedas y plateadas al hablarme.
Una vez abrazada por mis mortales afectos,
Y dada la urgencia de mis ávidos deseos,
Te iré consumiendo rápidamente:
Sentirás gran dificultad al respirar y me suplicarás en vano,
Con vos corta y seca: hacerte llegar al final.
Ni suplicas piadosas,
Ni rezos ni velas ni incienso,
Ni bunkers solitarios,
Te salvarán de mi amor asesino
Marzo, 2020
- Autor: Adolfo Cano (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 4 de mayo de 2020 a las 20:48
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 63
- Usuarios favoritos de este poema: alicia perez hernandez
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