AGUARDO.
En ese rincón que me conversa,
sigue ahí, quién sabe donde,
pero me espera, ríe, llora
y finge, su quietud infinita.
AGUARDO.
Y de las horas ni hablar,
solo pasan y esquivan la mirada,
aprendieron del tiempo, quién sabe
cuanta ingratitud, lleva en su seno.
AGUARDO.
Mientras yo, en ese mi triste rincón
muriendo estoy, entre palabras y encuentros,
pero, aún pienso en la noche,
tal vez, la noche me quiera,
tal vez ella, se detenga,
airosa, tal vez.
AGUARDO.
Aún me queda la esperanza,
tal vez, regrese a mi estancia,
tal vez, un poco de virtud, ella traiga,
tal vez, la necesite solo una vez mas,
será finita mi fé.
AGUARDO.
Y atenta espero, al horizonte cercano,
mirar su cara, tal vez de gloria,
mirar sus ojos ojerosos,
esparcidos por los aires, aquí, te espero
y en ti despierto.
M284F08
- Autor: Mariela Briceño Fuentes (mbf@vicsof) (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 5 de mayo de 2020 a las 10:54
- Categoría: Espiritual
- Lecturas: 30
- Usuarios favoritos de este poema: Paolo Gil Euceda
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