Vuela, sin rumbo
pequeña mariposa
que yo te sigo.
Deja que mire
el rumbo de tus alas
a donde vayan.
Será bonito
saber donde encaminas
todo tu encanto.
Algunos ojos
tendrán esa fortuna
en sus pupilas.
Algunas almas
tendrán esa ternura
que tú regalas.
Y sobre todo
la oruga que en ti llevas
querrá volar.
Subir al cielo,
bailar sobre las olas,
ver a las nubes.
Besar la luna,
al menos en los sueños,
tocar su cara.
Y, como siempre,
dormir en su regazo
y allí soñar.
Rafael Sánchez Ortega ©
08/03/20
- Autor: Pyck05 ( Offline)
- Publicado: 8 de mayo de 2020 a las 07:10
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 52
- Usuarios favoritos de este poema: Jorge Horacio Richino, Yamila Valenzuela, Texi
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