Engañar a los demás es un defecto relativamente vano,
debes tener siempre fría la cabeza, caliente el corazón y larga la mano,
tu amor lo medirás por el que tengas a tu hermano,
cosida por tu mano.
De lo que pienso cuando estoy sano,
era un son o una mano,
la huella del corazón humano,
la risa es el sol que ahuyenta el invierno del rostro humano.
Mira en qué paz puede morir un cristiano,
y de la agitación contra el Imperio Romano,
al hombre osado la fortuna le da la mano,
este es el fin del oficio humano.
Una inocente entre dos guerras con su hermano,
mente sana en cuerpo sano,
en el camino por la mañana muy temprano,
pero todos los jardines de primavera y de verano.
ARGON
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