Yo acojo el vacío
como una fría estatua.
Entre mis brazos, paseo
la dicha, de no decir nada.
En silencio, muero, y vivo
porque no tengo que decir
nada, en mi enredadera inútil
de palabras. Soy yo la estatua,
miradme, ojos vacíos, y un rayo
de sangre, por cada arteria davidiana.
(Espuma y embalaje costoso,
mi cuerpo me parece, y mi alma,
si la tengo, silencio y mucho menos
que silencio.)
©
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Autor:
Ben-. (
Offline) - Publicado: 10 de mayo de 2020 a las 15:04
- Categoría: Espiritual
- Lecturas: 24
- Usuarios favoritos de este poema: Nuria de espinosa, Lualpri
Offline)
Comentarios1
Un bello poema enredado en el silencio. Un placer leerte. Abrazos
Gracias Nuria, un gran abrazo!
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