Aquel sábado nos pronunciamos como dos ríos que se desbordaron en la sequedad circundante.
Tus ojos fueron un monitor que desplegaba; el fuego que ya hacía oculto en tus abismos.
Fuimos Poetas desestimando al sol para crear con nuestra propia chispa a otro artificial;
suficiente para iluminarnos y guarecernos de la lluvia, suficiente para no temer a la muerte.
Nuestra comunicación le pertenecía a la piel, y no eran más que balbuceos de la carne,
estrofas ineditas desfilando en el nudo más creíble, en el milagro más real...
- Autor: Astronauta (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 14 de mayo de 2020 a las 18:47
- Categoría: Amor
- Lecturas: 18
Comentarios2
Leí tu blog de las Mariposas muy bonito , éxito.....Bello poema...
Muchas gracias abrazo
Perece alucinante
Buen poema
Un gusto leerte
HECTOR ADOLFO SÁNCHEZ
Muchas gracias abrazo
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