El sol se pintó violeta; llore ante su luz fría
que impregnaba de rosas repletas
de espinas tus sombras perdidas.
De sus rosas vi nacer la sangre.
La procesión de sombras a coro cantaban.
Resbalaban todas las costumbres
¡benditas! de nuestra devoción.
Rece al miedo sintiendo el tacto del silencio en mis labios,
con la sonrisa de muerte y buitres en mi pecho que agonizaban.
Y el himno se elevó ceremonioso.
Sus voces rasgadas proclamaban la partida.
Filosa la presencia del desastre.
Terrible despedida.
- Autor: Necro (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 15 de mayo de 2020 a las 13:18
- Categoría: Surrealista
- Lecturas: 44
- Usuarios favoritos de este poema: Silvestr, pani, Ruth González Galindo, Lualpri
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