Compañera sensible,
de evocadóras romerías estivales,
que me bendices,
bajo el sol que dora los cereales...
Y que extiendes,
la esencia de las flores,
sin cesar, de una a otra parte,
de los campos y las eras, la buena simiente...
¡Qué relumbre!
Tus ojos como el cielo, indefinibles,
de facciones adorables,
que rebullen sonrisas inefables...
Tu presencia refúlge,
a pesar de tus constantes sinsabores,
de tu valle de dolores.
¡Dulce Señora! No me abandones...
- Autor: el brujo de letziaga (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 16 de mayo de 2020 a las 03:18
- Categoría: Espiritual
- Lecturas: 87
- Usuarios favoritos de este poema: CARMEN, Ruth González Galindo, Luna y Poesía
Comentarios2
Una dulce y bella plegaria a la que me uno para esa Dulce Señora que jamás nos abandona y siempre nos tiende su mano. Siempre una delicia adentrarse en la magia de tus versos. querido brujito.Besos
Dulce señora, no me abandones.. Si con ella somos felices. Saludos
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