Acaricié la rama del rosal
cerrando el puño con rabia,
para mezclar la sangre de mi mano
con la sangre de su savia.
Después, poniendo carne de mi carne
en el troncón de la planta...
aboné sus rosas rojas
con los restos de mi alma,
y para que no pudiese
de mis ojos ver las lágrimas
me fuí marchado en silencio
caminando del brazo del alba.
Poco a poco, el sendero del rosal se está
poniendo gris, como polvo de plata,
y frío como mis noches,
y lento como el tiempo cansado que pasa,
y ahora, ni siquiera ya conozco, por qué
no me conduce a la puerta de su casa.
Quizás...porque al igual
que el viento dobla al junco...
mi voz se va quebrando en mi garganta,
pero que no olvide...nunca...
que al rosal de las rosas rojas,
solo, y solo por ella...
le regué con mi sangre sus raíces de plata.
J.C.
Comentarios3
Hermoso poema sinceramente
Gracias por el comentario. He leído alguno de los tuyos; tocan a la fibra más sensible. son muy hermosos. También vi algo de ti y esos 15 años que figuran en tu ficha me suenan a error, porque en tus poemas veo una mayor madurez.
A la vista de tus poemas quizás no diste con la persona adecuada, pero con tan poca edad encontraras antes o despues quien llene tu vida. Sigue escribiendo. Si en los mios lees "mujer" veras como hay muchos que os valoran como se debe. Solo se trata de encontrar esa sensibilidad que por desgracia algunos no entienden. Sigue escribiendo. ¿ Y de verdad solo 15 años?- Es curioso. J.C.
Precioso 👒
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