Obbedisci a te stesso
E balleranno
Alla tua obbedienza
All'espresso,
Se sono spazi vuoti
Così vuoto che puoi
Urla dentro di loro
E senti rimbombare gli echi.
Sono contenitori
In attesa di ordini
Essere servi.
Mi obbedisco
Traccio il mio
Sigillo invisibile,
Nello mio ballo
Di campane,
Rompere le catene
Di quell' muschio
Di palude inutile,
Della massa che muta sempre
Quello che tocca diventa verde
Fingendo un giallo.
Creature fangose che aspettano
Il lampo elettrico
Trasferimenti glitterati
E per quello mancavano
Lasciali arrugginire dallo stampo
Da quando è nato.
Possono colpire
Il marmo incontaminato
Una vernice spora,
Elimina i tuoi segni,
Macchia la tua scultura,
Ma questo non perderà mai
La materia nella sua finezza
La nobiltà nelle sue macerie.
Perché obbedisce a se stesso
Ed è ricostruito romanzo
Per l'espresso,
Una scultura che
E stata scolpita su se stessa
Sapere come fare
Frantumi agli altri.
Ma non è la loro
Natura elementale
Cerca il suo altare
E rifiuta tutti i mali,
Lucidare le figure
Compagne sulla strada,
Quindi ognuno obbedisce
E se stesso e si libera.
Inoltre le gocce perlescenti
Di rugiada celeste
Quando cadono sotto i piedi
Di samaritani e farisei
Si trasformano in veleno
E si riversano
Obbedendo a chi ha dato loro
La particella della vita.
Anche se al contrario
Continueranno sempre
I passaggi nostro,
Come boia o entourage
Di quelli che li cancellano
E li motivano.
Ed è le piastrelle sciolte dei piani
La terra che respira sotto di noi
Se guardi in basso puoi notarli
L'ordito rotto vetro brama di gioielli.
Cestini vuoti organismi fungo
Implorando cornucopie
Che li forniscono
Chi ammirare e chi detestare,
Aderire alle nostre dita
E rivendicare la nostra identità.
Mi obbedisco
E mi strappo gli strati
Contatto con il fango
Ciò che è passato
E cerca di essere presente
Mancanza di entità
Senza presenza
Non hanno futuro
Perché ho scacciato l'oscurità
E io obbedisco alla verità.
Il mio nome è inciso su un ghiaccio
Immobile da sabbie mobili
Tombe che respirano
Sotto di noi.
Obbedisci a te stesso
Sii alla tua mercé
E che il mondo è sbagliato
E nella sua contraddizione soffocare
Nel tuo giusto modo di essere.
Filantropia, cammina armoniosamente
Sulla sua stessa strada della vita
Abbellire ciò che tocchi
Cosa convalidare o intrattenere
Non richiede danni
E per sorridere devi solo aiutare
Per accontentarsi basta amare.
Disobbedire a ciò che vuoi
La nostra cieca obbedienza
Che a sua volta disobeys
Alla natura stessa.
***
Obedecete a ti mismo
Y ellos bailarán en
A tu obediencia al express,
Si son espacios huecos
Tan vacíos que puedes
Gritar dentro de ellos
Y escuchar retumbar
Los ecos.
Son contenedores
A la espera de ordenes
Para ser servidores.
Me obedezco a mi mismo
Trazo mi sello invisible
En mi propio baile
De campanas,
Rompiendo cadenas
De aquel musgo
De pantano inservible.
De la masa que siempre muta
En lo que toca torna verde
Pretendiendo un amarillo,
Criaturas de barro esperando
El eléctrico rayo
Transferencias de brillo.
Y para eso faltasen
Que se arranquen el moho
Desde nacidos.
Pueden darle al impoluto mármol
Un barniz de esporas,
Tachar sus marcas,
Manchar su escultura,
Pero esta nunca perderá
La materia en su finura
La nobleza en sus escombros,
Porque se obedece a si misma
Y se reconstruye innovada al expreso.
Una escultura que se esculpió a si
Sabe como hacer añicos a otros,
Pero no es su naturaleza elemental
Cerca su propio altar
Y rechaza todo mal,
Pule la figura de compañeras
En el camino,
Les da las herramientas
Preciadas y necesarias
Para que cada uno se obedezca
Y desate a si mismo.
Mas las gotas anacaradas
De rocío celestino
Cuando caen bajo los pies
Tanto de samaritanos como farsantes
Se convierten en veneno
Y se vierten hacia arriba
Obedeciendo a quien les dio
La partícula de vida.
Aunque contraríen siempre seguirán
Los pasos, como verdugo o séquito
De quienes los anulan y los motivan
Son las baldosas flojas de los suelos
La tierra que respira bajo nuestro
Si oteas puedes notarlos
Cestas vacias organismos de setas
Implorando cornucopias
Que su hambre de esencia abastezcan,
A quien admirar y a quien detestar
adherirse a nuestros dedos
Y reclamar nuestra identidad.
Me obedezco a mi misma
Y me despego las capas
De contacto con el fango
Que es pasado
E intenta ser presente.
Entes carentes sin presencia
Que no tienen futuro
Porque expulso lo oscuro,
Y obedezco a la verdad
Mi nombre grabado en témpano,
Inamovible por arenas movedizas
Tumbas que respiran
Por debajo nuestro.
Obedecete a ti mismo
Estate en tu propia merced
Y que el mundo se equivoque
Y en su fallido sistema de creencias
Espejo de dicción invertido
De la contradicción se sofoque
Ante tu justa forma de ser.
Filantropía, andar armoniosa
En su propia avenida de vida
Embelleciendo lo que roza
Que para validarse o entretenerse
No requiere perjudicar
Y para sonreír le basta con ayudar
Para contentarse le alcanza con amar.
Desobedeciendo a lo que quiere
Nuestra ciega obediencia
Que a su vez desobedece
A la propia naturaleza.
JULIETA IALLORENZI
PATENTADO EN SADAIC Y DNDA
DERECHOS DE AUTOR RESERVADOS
- Autor: JULIETA IALLORENZI (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 16 de mayo de 2020 a las 18:48
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 63
- Usuarios favoritos de este poema: Sinediè
Comentarios2
Sencillamente: precioso.
Versos para lobos estuparios...
Por el estupor que provoca a la brigada de estupefacientes. Ja ja ja.
Señorita Julieta: la filantropia no es mas que el disfraz de los avaros para esconder con magnamidad las miserias que siembran.
Desconfie usted de esa palabra.
La libertad no es un estado
sino una intensidad.
Desconfie usted de la luz. Es a plena luz del dia donde se ocultan los mas terribles engaños.
La verdad es una Titánide siempre dispuesta a ser derrocada y devorada por sus hijas, las Diosas de las mentiras.
Quizas ya esté preparada para releer Los placeres prohibidos de Luis Cernuda.
No intente comprenderlo por completo ( no lo hará ). Disfrute de la sensación de belleza y libertad que le provoque.
Para entender Los placeres prohibidos de Cernuda, sencillamente, hay que vivirlos. Ningun catedratico/a podra explicarlo. Seguro que usted podrá apreciarlo en su valía.
Atentamente: una reververencia.
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