FRAGILIDAD

Edmundo Onofre

 

No vengas con malas noticias, por favor,

que me desplomo

al  instante.

Mis piernas no soportarían el peso de mi cuerpo

ni menos, aún, el del infortunio.

 

No quiero escuchar ni una mala noticia mientras esté vivo.

¡No quiero...!

¡Mi ser no lo soportaría!

 

Lo digo con conocimiento de causa (aunque sólo han sido falsas alarmas), porque ya lo experimenté:

No lo he soportado.

 

Prefiero que me mientas

(No me digas nunca que uno de los míos se ha marchado...

no me digas nunca que algún niño en el mundo sufre desconsolado...

ni menos me digas que tú quieres irte de mi lado).

               Vivir en la ignorancia de lo malo,

               es lo mejor

               a saber de esa dura y penosa realidad.

 

Mis huesos y mi carne

son de los más frágiles que hay.

No están preparados para una noticia fatal.

 

A veces, en el silencio, he escuchado alarmas

que luego han sido falsas. Pero éstas me han producido desesperación y lamento:

mi respiración se ha alterado,

mi corazón se agita y descontrola y mis lágrimas brotan a chorros...

 

Como ves...

Ya lo he experimentado,

aunque sólo sean tentativas.

Te imaginas, entonces, lo que pasaría si tú, de verdad, me traes malas noticias.

 

Uno se cree fuerte porque anda bien vestido, porque camina cómodo

sobre unos zapatos lustrosos; pero sus sentimientos,

su ser interior

se visten frágiles, indefensos, empobrecidos.

 

Las que abundan

y son más fáciles de recibir son las malas noticias.

No estamos preparados para ellas.

Queremos que nuestra vida sea sólo dicha.

 

Yo he crecido sobreprotegido...

me han cuidado de noche, de día...

Me han regalado sólo alegría.

               Han amortiguado los golpes  

               que hacia mí venían.

 

                Como ves, yo nunca he sufrido;

                no he palpado el hambre,

el desamor,

la pérdida de un ser querido, ni el castigo.

 

No vengas ahora con malas noticias, te lo pido...

No lo soportaría...

Porque a mí

no me han enseñado a soportar,

a vivir

ni a sobreponerme al dolor.

 

Prefiero, entonces, que me mientas.

Me agrada más una buena mentira.

Prefiero vivir en la ignorancia a conocer la triste realidad: una mala noticia.

 

Llevate gratis una Antología Poética ↓

Recibe el ebook en segundos 50 poemas de 50 poetas distintos


Comentarios +

Comentarios2

  • Ruth González Galindo

    Nadie esta preparado... no quiero malas noticias. Saludos

    • Edmundo Onofre

      Ruth, gracias por tu comentario.
      Saludos.

      • Edmundo Onofre

        Debemos estar preparados para esas malas noticias.
        Saludos

      • alicia perez hernandez

        TODOS SOMOS FRÁGILES ANTE LAS MALAS NOTICIAS...
        ESTE VIRUS NOS HA ENSEÑADO QUE TAN FRÁGILES SOMOS....

        • Edmundo Onofre

          Alicia, gracias por tu comentario.
          Saludos.



        Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.