Cuando decidiste parar,
me detuve.
La necesidad de hacer,
fue, abruptamente obstaculizada.
Sin salida, paré.
Sentí cada gota,
de agua caliente,
recorriendo mi cuerpo.
Al frente del espejo,
observé cada curvatura.
Las líneas de expresión,
que llegan con la vida.
Sufrimientos y alegrías,
diseñados perfectamente.
Decidí seguir, escogí un aroma.
Y delicadamente,
mis manos cariñosamente,
acariciaron mi cuerpo.
Dejé que el viento,
jugase con mi cabello.
Y al final al frente del espejo,
me dediqué una sonrisa.
En cuanto mi música favorita sonaba,
bebiendo mi vino preferido.
me pregunté:
- ¿Cómo no quieres quererme?
Y cuidadosamente,
respondí:
- ¿qué importa?
Si tú, te tienes.
Lilí
- Autor: Lilí ( Offline)
- Publicado: 20 de mayo de 2020 a las 22:16
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 55
- Usuarios favoritos de este poema: Lualpri, Paolo Gil Euceda
Comentarios1
Admiro a las personas que levantan la mirada y se abrazan como el fuego abraza un leño hasta hacerlo hoguera aunque sea esa misma noche, la noche más oscura.
Abrazarnos y generar nuestro fuego, con certeza ilumina nuestra vida.
Gracias por leerme 🙂
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