El viento provoca raspando la herida,
es el tacto el que sangre mendiga,
pensaba que el cielo se caía.
Cantaba la mañana y es ciega;
negro apresurado, malherida
veneno quemándome las arterias
susto emergente en la garganta
con un nudo entre mis vértebras.
Mi luz parpadeando casi apagada,
tímidamente rodeandome tinieblas
ofuscada en mi mente se haya;
es inútil reducirlo todo a nada.
Comentarios1
No querer blancos rodando
en planta movible.
No querer voces robando
semillosas arqueada aéreas.
No querer vivir mil oxígenos
nimias cruzadas al cielo.
No querer trasladar mi curva
sin encerar la hoja actual.
No querer vencer al imán
la alpargata se deshilacha.
No querer tocar abstractos
llegar a mi último pelo marrón.
No querer vencer colas blandas
los árboles sitúan las hojas.
No querer traer sin caos
portátiles vocablos.
Sigue volando Dama Invierno...
A.Pizarnik...
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.