Hoy, los jilgueros
están enmudecidos,
como las calles.
Todo es silencio.
Los cielos son plomizos.
Llega la lluvia.
Y en este plan
sonríen las estrellas
desde los cielos.
Algunas fuentes
hoy tienen congelados
todos sus grifos.
El mar, en calma,
contiene los murmullos
de las resacas.
Hasta los dioses,
de siempre parlanchines,
miran y callan.
En una torre
descansan las campanas
de la vigilia.
También los remos
esconden las brazadas
de los ochotes.
Se pasa el día.
La vida continúa.
Sigue el silencio.
Rafael Sánchez Ortega ©
15/03/20
- Autor: Pyck05 ( Offline)
- Publicado: 23 de mayo de 2020 a las 07:32
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 51
- Usuarios favoritos de este poema: Alexandra L, Andy Lopez, Yamila Valenzuela
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