Es mitad de la noche
y la mayoría duerme.
Como en cantinas olvidadas,
por la peste y el desahucio,
se mezclan aromas de monte
y balidos de ovejas trashumantes.
Los goznes de las puertas,
rezuman un óxido que chirría, y en los interiores,
espíritus de palomas ocres, se amalgaman
con los trastos de la huerta.
Todo es bañado por la luna.
Y en las superficies inventariadas
por antiguos contables, se acumulan
tanto básculas metálicas de pesar frutos,
como el polvo y la frescura de antaño.
Ah! quién pudiera regresar a esa locura.
Y retornar a los brazos de la madre.
Y abrazar los músculos tiernos del padre.
Con ímpetu de yedra, ascender las laderas
matinales, con exceso de sol a las espaldas.
Pero las telarañas han hecho el resto, y los postigos
permanecen cerrados. Sólo el poema
mantiene la ilusión.
©
- Autor: Ben-. ( Offline)
- Publicado: 24 de mayo de 2020 a las 02:41
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 80
- Usuarios favoritos de este poema: Jorge Horacio Richino, Texi, Lualpri, migreriana, Anton C. Faya, Paolo Gil Euceda
Comentarios4
Hermoso poema!
Me encantó!
Un abrazo!
Muchas gracias amigo Jorge, un gran abrazo!!
Ah! quién pudiera regresar a esa locura.
Y retornar a los brazos de la madre.
Y abrazar los músculos tiernos del padre... Añoranza en común que tiene nuestro niño interno, pero como dices el poema, la poesía, mantienen esa ilusión.
Magnífico escrito, saludos y un abrazo.
Muchas gracias Willie, un saludo!
La poesía en carne viva.
Un abrazo
Gracias Toqui, un saludo-.
Sos un capo total Ben ... Un antiheroe... Se entiende?
Desde que escribo sin faltas de ortografía, todo el mundo me califica como tal, así que no haces sino reafirmar esa situación, Anton, saludos y gracias...
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