"NO ERA UN ADIÓS"

Entre la noche y el día, entre el desastre y la alegría, puede que haya descubierto que no querías un adiós en el desierto, que no podías despedirte de mi alma, coger dar un portazo e irte con calma...

Ahora es una angustia que me embarga, me hace trizas y en el corazón me amarga, por qué si no querías salir de mi vida hiciste lo imposible para pintar con tizas el camino que tuve que seguir, alejándome de tí... 

Tantas veces nos despedimos y ahora me dices que no era un adiós el que escribimos, era una esperanza de volver a gritos, ese estruendoso silencio que te retumbaba dentro, era un perdernos y encontrarnos de nuevo, como si fuera la primera vez... 

Con cada uno de esas despedidas lo único que forjamos a fuego fueron heridas, y ahora con las cicatrices aún visibles todavía me dices: era un ven a buscarme... y yo lo hice, lo hice tantas veces, muchas más de las que mereces, y no me pudiste brindar tan sólo un minuyo de tu tiempo...

Si te ataste a mi recuerdo y te encarcelaste en el olvido, no tengo culpa por habernos querido, si luego te ataste al olvido y me encarcelaste en tus recuerdos, no sé el por qué de tanto desacuerdo cuando hemos podido ser felices y acaraciar con nuestros dedos cada una de las cicatrices que convertimos en acero...

Y llegaste a la conclusión que no era decir adiós a mi alma, si no a la tuya con la mía... supongo que llegó ese día en el que te despediste de ti mismo, en el que decidiste saltar al abismo pero sin decir adiós... en soledad con tu silencio, recitaste las palabras y desde entonces ya no me hablas...

Si no era un adiós... por qué destrozaste mi alma, corazón...