El primer beso que solemos dar en la vida, se
queda reflejado en nuestra memoria, se aposenta
con tal fuerza, que hace de ese lugar, su residencia
fija.
La edad, entiendo que queda relegada a un segundo
término, pues lo mismo se siente a los quince años,
que a los con veinte. ¡En ambos casos, el alma está
deseosa de vivencias nuevas!!.
Cuando posamos los labios en los de nuestra
pareja, nos inunda un nerviosismo especial, que
no tiene parangón posible.
Nuestro corazón, aumenta sus latidos asomándose
a la ventana de la taquicardia paroxística.
Tan solo con el paso de los años, es cuando se
puede apreciar lo mucho que representó en su día.
- Autor: emiliodom ( Offline)
- Publicado: 27 de mayo de 2020 a las 03:32
- Categoría: Amistad
- Lecturas: 55
- Usuarios favoritos de este poema: Nuria de espinosa, Yamila Valenzuela, Ruth González Galindo
Comentarios2
Muy cierto. Un placer leerte. Abrazos
Muchas gracias Nuria
Un saludo
Es cierto mi querido Emilio; ese beso deja una huella imborrable.
Apapacho!
Es cierto Yamila.
Un saludo cordial.
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