Al caer, nuestros cuerpos nacen.
Perdemos la vida
solamente para recuperarla.
En caída bailamos
al son de músicas
de vientos mansos.
O galopamos al
filo de ventarrones
que nos llevan a morir
en otros lugares.
En ocasiones, descansamos
sobre hamacas verdes,
desprendidas como brazos,
de gigantes, abiertos
a nuestro roce.
Siempre somos enterradas
en el mismo cementerio.
Cuando sentimos calor,
el alma asciende.
- Autor: Miguel Ángel Cisneros ( Offline)
- Publicado: 30 de mayo de 2020 a las 01:33
- Categoría: Fantástico
- Lecturas: 50
- Usuarios favoritos de este poema: Nuria de espinosa
Comentarios1
Triste y profundo. Un placer leerte. Abrazos
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