**~Novela Corta - La Virgen sin Velo - Parte II~**

Zoraya M. Rodríguez

Otro día más en la vida de Zoila de la Cruz, cuando entre los arbustos secos del cafetal, se hallaba Fabio Cazuela. Y ellos, pues, hablan de todo,  cuando finalmente quiso ser en verdad una titana de la película entre él, Fabio Cazuela y su padre Don Gregorio. Cuando en el suburbio de la manera más vil, se halló lo que nunca una triste conmiseración entre aquellos silentes arbustos, por donde se paseaba el amor verdadero. Y hablaron de todo un poco, desde que se amaron con tanta vehemencia, hasta hacer florecer el amor entre aquellos granos de café que crecían a su lado. Y Zoila de la Cruz, llevaba floreciendo la vida y aún más, la vida misma cuando se dió de cuenta de que algo pasaba muy mal. Y era que su padre Don Gregorio sabía de todo. Y Zoila de la Cruz veía más que el coraje de ver el cielo de gris, y de tormenta seca, dentro del corazón de su padre Don Gregorio. Cuando de repente se electrizó el combate en una noche clandestina y desolada, lo que irrumpió en desorden su vida y su trayecto de vivir la vida. Se fue por el acantilado y cruzó la verja de cemento, y cayó en redención cuando el Capataz Santiago la sigue a pie y a sombra. Cuando en el albergue de su triste corazón, sólo albergaba lo que tenía que sobrevivir. Sin darse de cuenta de que el suburbio mágico de la atrayente desesperación sólo avivaba la manera de ver y de creer en al posibilidad del amor a ciegas. Cuando en el principio, se debió de entretejer lo más vil y lo más inconsecuente de la vida misma. Cuando en el comienzo de la vida se fue de primera a segundas bases de la vida misma. Y recorrió el camino de punta a punta, y se dijo que ésta vez, se iba a fugar con su novio Fabio Cazuela hacia lo inexplicable del deseo y del mismo corazón. Fabio Cazuela no tenía de qué vivir, pues, su labor siempre hurtar del cafetal del padre de Zoila de la Cruz para poder sobrevivir y subsistir, pues, su manera de ver la vida era así. No quería trabajar sino que vivía de la posibilidad que le regalaba la vida a veces. Aunque, él, Fabio Cazuela, no quería que su vida fuera un fiasco vivido, sino que quería ser un cantante y de ópera. Y así es que Zoila de la Cruz se fuga con él, cuando se entera de que su padre Don Gregorio la sigue a pie y a sombra. Cuando en el momento y en el camino se tropieza con el Capataz Santiago, cuando en el albergue de su pobre corazón, se dió lo que más se dió, una manera de ver y de sentir en el instante una dulce atracción, como el coraje de saber que no podía volver a amarse con Fabio Cazuela. Cuando en el fisuramiento de la verdad autónoma de querer sublevar toda la razón, se convierte en un vil pasaje de la vida misma. Cuando en el ocaso se viste de ansiedad y de temores adyacentes, cuando crece la incógnita en saber que el destino se convierte en razón perdida, cuando en el camino empieza a empeorar erróneamente. Y se da lo que más se da cuando lo que más se gana es una cruel desilusión, cuando en el frío camino se tropieza el desamor por conveniencia de sus padres Don Gregorio y de Doña Ramona. Cuando Zoila de la Cruz, sólo se llevó una gran sorpresa e inmensa incógnita en saber que sí se podía fugar con Fabio Cazuela, pues, su padre la había perdido de vista, pero, no el Capataz Santiago. Y el Capataz Santiago, la persigue como siervo honesto y fiel a Don Gregorio, mientras ella se escapaba de las garras de la soledad cuando se paseaba por el vil camino, y tan pernicioso como el haber sido autómata de un cruel infortunio. Y ella, era ella, Zoila de la Cruz, la que con valiente hazaña sólo quería entregar su corazón al amor tan verdadero. Y, ¿lo logró?, pues, sí. Si se amó con pertenencias del corazón, con el amor y la pasión desnuda y tan deseable como la fortuna de poseer a su amor tan real. Y Fabio Cazuela no tenia de qué dar a la muchacha para sobrevivir ni vivir, pues, el delirio tan frío sólo se enfrascó un mal deseo en querer sobrevivir, pero, con amor todo se podía y tenía que ser más llevadera la mala situación. La racha se tenía que ir, porque ella, sólo guardó unos pocos centavitos de su remesa mensual y Fabio siempre Fabio Cazuela, iba por el acantilado, hacia los arbustos, siempre hacia los arbustos, a cruzar la verja de cemento, hasta llegar al rincón del cafetal, con su mágico olor de siempre a tomar parte de la vendimia del café para revender. Cuando en el ámbito consecuente, se perpetró una sabienda sabiduría entre parte y parte, y se fugaron a la choza de Fabio Cazuela, a vivir eternamente, hasta que el padre la fue a buscar. Y era ella, Zoila de la Cruz, cuando se perfila un cometido de luces veraniegas, entre aquel verano del sol y tan clandestino como el haber sido majestuoso con la única verdad, de que estaba con su amor eterno. Y que saliera del mal trance vivido, y de que se diera un mal cometido entre lo que amar en verdad y que el sol diera con sus rayos en los ojos la luz de la pasión ardiente de entre ambos. Y Zoila de la Cruz, sabía de todo, menos que el Capataz Santiago la perseguía a pie y a sombra. Sólo que el sol no da abastos con su eterna lluvia, y que el sol pudiera cosechar lo que en verdad se daba una fuente de inspiración, del amor tan grande e inmenso que sentía Zoila de la Cruz por Fabio Cazuela. Cuando en derredor se tornaba pesado y funesto y aciago y álgido el camino, se tropieza Zoila de la Cruz con la sirvienta de Don Gregorio, la de la hacienda de su padre. Hablan un rato y ella, Zoila, le cuenta de todos los pormenores de lo vivido entre ella y Fabio Cazuela. Cuando en el ámbito terrestre de recorrer el camino crudo y sin sentido, sólo se vió aferrada al amor verdadero, pero, ella no quería eso nada más, sino que anhelaba cosas mayores, como tener su propia casa, pero, Fabio Cazuela vivía en una triste choza casi amarrada con sogas. Y Zoila de la Cruz, no quería vivir alli, así que decide marcharse con el Capataz Santiago, que lo vió desde una cercanía entre los arbustos aquellos de naranjas que poseía la choza y de que vivía Fabio Cazuela. Pero, ella, Zoila, sólo quería el amor de Fabio, y Fabio sólo quería se cantante de ópera, él se colaba en el auditorio del pueblo de Yauco, para allá en el 1890. Era un auditorio hermoso, y a él, le encantaba por su representación nacional y de un origen en legado, al fin y al cabo, clandestino. 

Cuando Zoila de la Cruz, se identificó con el amor verdadero, cuando se fue con el Capataz Santiago, a la hacienda de su padre Don Gregorio. Y llegó y le pidió perdón a su padre, pues, no fue correcto haber hecho lo que hizo, Zoila. Y Fabio Cazuela quedó mal herido, inconsecuente, y atraído al amor real de Zoila. Cuando en el aire se dió lo que más se dió, cuando en el el viento hizo volar todo el olor de Zoila de la Cruz, y le llegó a Fabio su esencia, recordando su virtud. Y Zoila no quería más volver a desafiar el tiempo o el ocaso frío o la pobre pobreza. Cuando en el desastre de ver el cielo, y de ir y venir con el reflejo de sus ojos entre aquel cafetal por sus ojos color café. Y lo logró, pues, caminó abajo por el acantilado, y la verja de cemento y se sintió a lo largo del camino un mal desastre cuando se vieron entre los arbustos del aquel cafetal Zoila de la Cruz y Fabio Cazuela. 

 

Continuará……………………………………………………………………………...



  • Autor: EMYZAG (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 31 de mayo de 2020 a las 00:03
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 39
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