Tus manos, que el espejo inmoviliza
en la duda de un sueño, las recuerdo
en otro sueño, en el que encuentro y pierdo
su imagen. Enredadas por la brisa
del tiempo, no se rinden. Un perverso
juego de olas las junta a esta ribera
y las aleja, para que se mueran
en el azar donde renacen verso.
Su transparente carne no es la misma
que asedia este instante congelado
en la orilla de un mar que las abisma.
¿Qué fin puede tener el obstinado
su desvelo? Están ellas muriendo
en la vida y en la muerte renaciendo.
- Autor: andrea barbaranelli ( Offline)
- Publicado: 1 de junio de 2020 a las 06:23
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 68
- Usuarios favoritos de este poema: Menesteo, alicia perez hernandez
Comentarios2
El principio de conservación extendido; genial.
Un abrazo mi amigo poeta
Gracias, amigo Toqui
UN UNIVERSO DE BELLOS VERSOS.
PLACER PASAR A LEER.
SALUDOS POETA
Muchísimas gracias por tus palabras, Alicia.
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