No es el tiempo, es la persona.

Te escribo, porque quiero darte las gracias, principalmente por llegar a mi vida. No sé si él destino te hizo llegar a mí, o me hizo llegar a ti. Lo importante es que nos unió, y fue lo mejor que pudo pasarme. Me tomo el tiempo, porque necesito decirte que te quiero, con todo mi corazón. Cada vez siento más cosas por ti, que son inexplicables. Llegaste a mi vida para enseñarme lo que es el amor y lo mucho que se puede llegar a querer. Sé que me gustas, sé que estoy enamorado de ti, que es amor real, lo siento en mi pecho. Estoy tan seguro de eso, porque me gusta cuando eres tú. Tan, sencilla y madura. Me gusta mucho hacerte feliz. Me siento feliz por el simple hecho de tenerte conmigo, aunque no del todo. Jamás pude imaginar tanta felicidad como la que ahora estoy sintiendo. Se acelera mi corazón con solo pensarte. Me parece mentira, pero no puedo escribir algo que no sepas. Me encantas demasiado mi niña. Gracias por el tiempo que me has regalado. Te has ganado un lugar tan grande en mi corazón, que no sé cómo le haré para arrancarte de él cuando sea necesario. Ya no quiero tener miedo a arriesgarme, no quiero tener que obligarme a evitar el amor a toda costa y olvidarme de una bonita sonrisa que por un momento quiso ser mía. Quiero estar contigo. Quiero arriesgarme sin pensar en lo que podría suceder mañana. Quiero ser tuyo, y que seas mía. Quiero quererte, y que me quieras también. Quiero que los dos queramos esto.