No, nena, ¡el corazón no va en bandeja!
Por más que se quiera, a pesar de que escuches quejas...
¡Encariñarse no es sencilla tarea! Y no sólo lo dice la abuela...
Y si te llegaran a preguntar, por tus latidos y demás,
¡respóndeles sin fragilidad, que esa información clasificada está!
Ay de mí y de ti, mijita... Todos nos equivocamos.
Sí, llora en mi hombro, que es costumbre humana de antaño
¿Para qué estamos, la familia, si no nos solidarizamos?
¡Jovencita, dolorosa jovencita! Recuérdalo y si quieres chilla:
"¡Superaré esto y mucho de lo que me depare la vida!"
A mí me tiembla el pulso por males que acarrean mis años,
no quiero ojitos llorosos y con pena, ¡sólo te estoy contando!
Esto a ti no te espera, ¡podrá irte peor o quién sabe si tu vida tendrá más encanto!
No temas, ni te hagas para atrás; mejor enjuga esas gotas, esa diluida sal.
Y apóyate en mis consejos, en las fábulas y cuentos... de esta vieja que te ama tanto...
En su finita eternidad.
Dedicado al abrazo, que acaricia el alma.
- Autor: Ellie 😁 (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 4 de junio de 2020 a las 00:39
- Categoría: Familia
- Lecturas: 59
- Usuarios favoritos de este poema: mitificada, Lualpri
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