EL RAPSODA
Se hizo un silencio expectante de repente,
y su voz gutural, grave y profunda
como agua que desborda y que te inunda
fue calando en el alma de la gente
con fuerza categórica y rotunda.
“Andaluces de Jaén, aceituneros altivos,
decidme en el alma quién, quién levantó esos olivos,
andaluces de Jaén”
Y se erizan sus vellos y su alma,
imbuido y abducido por Miguel
hasta el último poro de su piel,
y le posee una extraña calma
convencido de que éste habla por él.
“Levántate olivo cano, dijeron al pie del viento,
y el olivo alzó una mano poderosa de cimiento”
Lo recita con fuerza y poderío
en defensa del pobre y la justicia,
en contra del abuso y la codicia,
de un patrón que dicta su albedrío
de forma sibilina y subrepticia.
“vuestra sangre, vuestra vida, no la del explotador
que se enriqueció en la herida generosa del sudor”
Y se transmuta en andaluz altivo,
aceitunero en su sangre y en su piel,
y se calzan de cáñamo sus pies,
y se impregna de brío combativo
contra el yugo tiránico y cruel.
“Cuantos siglos de aceituna, los pies y las manos presos,
Sol a sol y luna aluna, pesan sobre vuestros huesos”
Y se siente enraizado en la miseria
del esclavo de la tierra y su sudor,
y se inflama su sangre de un calor
que revienta de furor en sus arterias
al sentir, de la injusticia, el amargor.
“Jaén levántate brava sobre tus piedras lunares
No vayas a ser esclava con todos tus olivares”
Y levanta la voz, imperativo,
convocando a la lucha y a la acción,
por cambiar el destino y el guión
del paria maltratado y zaherido
por la insidia y el abuso del patrón.
“Dentro de la claridad del aceite y sus aromas,
Indican tu libertad la libertad de tus lomas”
Con el final, se sume en el vacío.
Ha regado cada verso y cada olivo
con lágrimas en ojos ateridos.
Ha sentido, de la injusticia, el frío,
y el hambre, la miseria y el olvido.
Y de nuevo, en silencio y agotado,
vuelve a su yo diario, a ser él mismo
y recupera su protagonismo
con un aplauso sonoro, apasionado,
que lo reanima y lo saca del mutismo.
Ha servido, nuevamente, de instrumento
que resucita el sentir de los poetas,
que actúa de altavoz, como trompeta
que convierte, en voz, su sentimiento
y lo lanza al corazón; su última meta.
Jose Cruz Sainz Alvarez
Junio de 2020
- Autor: donrevis ( Offline)
- Publicado: 4 de junio de 2020 a las 11:23
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 49
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