Dime que no estoy soñando,
que la esperanza que a lo lejos vislumbro
sobre la copa de los árboles
tocará la alborada de mis parpados.
Y me despertaré sin llanto,
mis manos tocarán el cielo que guardé
cuando supe
que no era tiempo de evocar tu nombre
que por bello,
pudiera provocar noches de desvelo.
Dime que estás aquí
sin palabras que provoquen impaciencia,
sin acentos escondidos ni laberintos
que hagan que se desvíe la devoción.
Tan solo déjame sentirte,
mis lágrimas enjugarán la espera y mis oídos
acunaran tu canto
que proviene más allá de las estrellas;
la piel se entibiará en sus anhelos
y mis sueños continuarán
cabalgando sin descansar en pos de ti,
porque eres la luz
de un futuro que se acerca más y más.
Autor…reh
- Autor: Rafael Elias Huerta ( Offline)
- Publicado: 5 de junio de 2020 a las 00:21
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 107
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