Los corazones
quedaron enredados
sin darse cuenta.
Fueron mil lazos
de sueños y quimeras
y hasta utopías.
Pero supieron
desenredar sus alas
para volar.
Volaron lejos,
por cielos y por mares
con su tic-tac
Y esos relojes,
tan bien sincronizados,
dieron las horas.
Así bailaron
un vals en los jardines
y junto al tilo.
¡Qué bello sueño,
cargado de ternura,
el que vivieron!
Hoy, dos poemas,
se esconden en sus almas,
buscando luz.
Y, en esos versos,
igual que en aquel baile
se encontrarán.
Rafael Sánchez Ortega ©
24/03/20
- Autor: Pyck05 ( Offline)
- Publicado: 8 de junio de 2020 a las 07:07
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 29
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