La tenacidad constante
era el premio de su vida.
Cada amanecer abría la puerta
del balcón de su corazón dando
gracias por su existencia...
La oración era la alegría perenne
-de su vivir-.
Engordaba de sabiduría celestial
penetrando cada segundo en su interior.
El amor era su alimento de cada día,
la comida que la hacía proseguir,
el aliento equilibrado en los momentos
-complicados-.
La convivencia era el coraje de su lamento.
Quería cambiar el afecto de su sentir,
deseaba penetrar en el cariño de los demás.
La solidaridad era su elemento principal.
El ser solidario, yo me entrego a ti
sin pedir nada a cambio,
-llámame-
y te digo aquí estoy...
Pero si miraba en lo profundo de su ser
intuía que las armas de su bravura
las tenía a mucha distancia de la puerta
-de su libertad-.
Entonces cerró la ventana de su cordura
y descansó a la vera de su fantasía vespertina...
- Autor: SIBONEY (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 8 de junio de 2020 a las 14:23
- Comentario del autor sobre el poema: Sin unas mínimas pautas entre las personas, la vida tiene menos sentido...
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 41
- Usuarios favoritos de este poema: José López Moreno., alicia perez hernandez, Lualpri
Comentarios3
hermosas palabras de reflexión, un placer leerte. saludos
en el proceso de transfiguración.
saludos cordiales.
Gracias por los comentarios. Un abrazo enorme. Salud
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