Ya me gustaría utilizar a mí
grandes lenguajes, idiomas vetustos,
piedras solemnes, cielos indelebles,
arbustos petrificados, novedosos ingenios,
de la palabra activa, que yo, permanezco
quieto, casi mudo, herido en mi agonía.
Ya puedo yo tener libros, inmensas literaturas,
que mi personal cosmos no se retracta de su natural
indigencia. Y ponerme soberbio, como quien
hace guiños, y gestos grandilocuentes, y pomposos;
que mi inclinación instintiva es multiplicar
siempre un silencio devastador.
No me va la fanfarria ni la petulancia artificiosa,
ni el cansancio de las palabras técnicamente bien utilizadas,
ni las que brotan de aguas poco claras.
Me van más las ideas someras, sencillas,
pues pienso que esta vida, si algo tiene de verdad,
es en la contundencia de una sola frase.
©
- Autor: Ben-. ( Offline)
- Publicado: 10 de junio de 2020 a las 07:21
- Comentario del autor sobre el poema: Es casi un poemita en prosa! Un abrazo para ustedes!!
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 27
- Usuarios favoritos de este poema: Jorge Horacio Richino, Lualpri
Comentarios2
No voy a ponerme serio,
ni hacer, de mis auras de poeta
aficionado, una caja fuerte
de arrogancias y requiebros.
Diré, más bien, ¡viva el oficio!
y tiremos la casa por la ventana;
que para alcanzar la perfección
se necesitan más de dos vidas.
(Escanciemos el vino añejo
que mañana brindaremos
con las almas desnudas,
seguramente en el cementerio)-.
©
Sencilla y llanamente, muy bueno.
Gracias.
Te agradezco enormemente tu comentario y palabras, amigo Luis, un gran abrazo!
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