Del tiempo furibundo
y sus sacerdotes
Pero hace tanta soledad que las palabras se suicidan
Alejandra Pizarnik
El tiempo que espera
nada perdona,
sus manecillas son
como navajas afiladas
que laceran mi espalda;
su aliento es furibundo,
su aliento es furibundo.
Colapso en camino con él
tras los plateados brazos
que abren mi piel
de par-en-par.
El tiempo es vil, el tiempo es cruel
y sus números, los sacerdotes
que cantan mi Réquiem.
Su embelesadora voz
perturba cada nervio de mi cuerpo;
y yo, caigo en rojo sueño
arrullado por su ronronear.
- Autor: G. (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 2 de agosto de 2010 a las 13:35
- Comentario del autor sobre el poema: Una jornada bastante difícil de superar. ¡Disfrutad!
- Categoría: Triste
- Lecturas: 81
- Usuarios favoritos de este poema: Alextheblack, rosamaritza
Comentarios4
Muy buen poema, reflexiones al viento eso es lo que queda en nuestro sentimiento después que uno lee este hermoso poema. Un abrazo
Muchas Gracias, Nelly, por divagar entre mis versos.
¡Un abrazo!
magnifico... es bello... me ha gustado...
besos...
Muchísimas gracias, Karlita. ¡Un abrazo!
" y yo, caigo......... por su ronronear" Muy profundo e interesante tu poema! Momentos dificiles en la vida, pero nunca imposibles!
Fiat Lux et Veritas!
Besos!
Claro que los hay pero sobreponernos a ellos nos hace más fuertes por eso me gustan esos trances en mi vida.
Gracias por divagar entre mis letras.
¡Un saludo!
...
Muchísimas gracias...
Así me quedé yo cuando lo re-leí.
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