“En las “marchas”, . . . destrozada.”
La humana manifestación
garantiza la nación,
constitucional derecho,
el marchar es todo un hecho.
Mas, algunas de las “marchas”
circulan bajo las rachas
de agitados delincuentes
mezclados entre la gente.
Los anarquistas sin freno,
ya, cualquier pretexto es bueno
para, en éllas, infiltrarse
y en bárbaros transformarse.
Destrozando, grafiteando,
digamos vandalizando
todo aquello citadino
que encuentran en su camino.
Las tribus, grupales bestias,
nos causan graves molestias,
la violencia desatada,
pero, aquí, “no pasa nada”.
El perturbador es rey,
no se le aplica la ley,
da pena la urbe sitiada
por las turbas mal tomada.
El “gobierno” morenista
se ha vuelto un especialista
en tolerar los desmanes,
no se le notan afanes.
De acabar con el problema,
así, proclama su emblema
en pro de “no represión”
sin importar destrucción.
Del urbano mobiliario
nuevo, antiguo, centenario,
de históricos monumentos
creo escuchar sus lamentos.
Se queja, pide clemencia,
Angel de la Independencia,
solo oigo los pesares
del bello Hemiciclo a Juárez.
La metrópoli está herida
al punto, desfallecida,
el Paseo de la Reforma
cada vez más se deforma.
Construcciones se “protegen”
con bardas que, feas, sumergen
la escena capitalina
bomba molotov arruina.
Las estatuas ultrajadas,
cercas, vallas, enrejadas,
es el mísero paisaje
madera, lámina, herraje.
Recubren los edificios
que se ven como adefesios,
las esculturas blindadas,
varias han sido enlatadas.
Los comercios son saqueados,
los periodistas golpeados,
se presagian cosas viles,
ya, hubo pleito entre civiles.
No acabaría en dar detalles,
¿quién nos defiende en las calles?,
en flagrancia un triste día
fue quemado un policía.
Se limitaba a observar,
estaba impedido a actuar;
las hordas se enseñorean
embozadas “se pasean”.
Los ciudadanos maltrechos,
se respetan los derechos
humanos del cruel maleante,
sus garantías por delante.
Pues, si es detenido alguno
se le suelta de seguro
con las clásicas disculpas
se le perdonan sus culpas.
Hoy, la Jefa de Gobierno
repite su cuento eterno:
“es que quieren provocarnos
y desestabilizarnos”.
Patéticos argumentos
del pretextismo portentos,
deficiencia “justifica”,
ineficiencia, la “explica”.
Hizo una sugerencia
que denota indiferencia,
que todos los propietarios
de negocios, locatarios.
Aseguren sus comercios
contra marchas y estropicios,
cuando es su obligación
bajo norma, aplicación.
Del legal uso de la fuerza
pública, mas, no se esfuerza
Sheinbaum en seguridad
no pone, al fin, seriedad.
Ya se hizo a la costumbre,
vándalos de podredumbre
asolan la gran ciudad
cuando quieren, sin piedad.
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda
Ciudad de México, a 16 de junio del 2020
Reg. SEP Indautor No. (en trámite)
- Autor: Gonzalo Ramos Aranda ( Offline)
- Publicado: 16 de junio de 2020 a las 19:07
- Categoría: Sociopolítico
- Lecturas: 40
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.