Es el espanto que cruza silencioso las calles con su cucharilla de plata vegetal, indemnizando las casas prudentes y atemorizando a los dioses ocultos en las avenidas precavidas. Donde rosea la carne y se avecinan temporales. Y en que las piedras surten de desmayos las ínclitas ciudades. Es el orificio final, donde escapa la muerte con caballos alados, y se instauran pequeños reinos de impaciencia, se prolongan los estadios donde reina solitariamente la mezquindad. Es la agónica mirada, el surtidor de enfisemas que procura arremolinarse justo al lado de la cómica usurpación de nombres, y donde un material de amapolas hierve cerca de un hornillo.
Y es la locura también, y el delirio, y las nuevas formas hirviendo por dos docenas de huevos, y la ambrosía celestial y el caldo de cultivo de los cuchillos implantados, serenamente-.
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- Autor: Ben-. ( Offline)
- Publicado: 19 de junio de 2020 a las 01:48
- Comentario del autor sobre el poema: La intranquilidad incivilizada de las grandes urbes, un abrazo queridos lectores!
- Categoría: Surrealista
- Lecturas: 59
- Usuarios favoritos de este poema: Lualpri, alicia perez hernandez, Jorge Horacio Richino, kavanarudén
Comentarios2
Gracias por compartir sus letras...
Saludos
Rav
Gracias Ravniko, saludos cordiales-.
Crítica feroz.Imagino que es tu línea a seguir...
Es duro pero muy comprensible.
Un saludo.
Gracias jose, un saludo!
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