TITANIC, La carta final de Jack

Titanic, La carta final de Jack

«No comenzaré por nuestro final, que es de todos conocido. En cambio, nuestro principio es algo que solo nos pertenecía a nosotros.

Y fue sublime.»

Shana Abé

Me llamo Rose DeWitt Bukater sobreviviente del Titanic, ahora soy una anciana de avanzada edad. Han pasado 84 años y lo imposible se ha convertido en un milagro. Después de sobrevivir al naufragio de un barco insumergible como el Titanic, he llegado a vivir todos estos años con el recuerdo de Jack el cual nunca llegó a hundirse del todo. Aquella fatídica noche del 14 abril de 1912, el Titanic, mis sueños y esperanzas se sepultaron bajo el mar y junto con ellos el amor de mi vida. Muchos años mas tarde con las nuevas tecnologías en inmersión, recuperaron restos del naufragio. Pero solo uno de esos recuerdos me ha devuelto la esperanza. Una botella hermética, con un pergamino de Jack ha sido encontrada en los escombros de ese barco legendario, ha llegado a mis manos en el día de hoy y dice así:

Querida Rose,

Esta carta es para ti, cuando supe la gravedad del choque con el iceberg me dedique a escribir estas lineas. Supe del hundimiento y que no habían botes para todos. Temí lo peor por lo que me dedique a escribirte por si no lograba salir vivo. Te amo y por ello haré lo imposible por protegerte y salvarte la vida. Gracias a ti descubrí el amor, para mi este viaje a ese nuevo mundo no fue Nueva York, fuiste tu y eso me hace sentir el hombre mas afortunado del mundo. Hemos pasado poco tiempo, pero el suficiente para saber lo que sentimos. Tu mundo de alta realeza se quedó vacío al descubrir el mío, tan normal, sencillo, simple y honrado. A partir de entonces despertaste tus ilusiones perdidas, queriendo vivir esa vida que siempre habías querido. Yo descubrí justo lo mismo contigo. Esos días juntos me han hecho muy feliz y espero que a ti también. 
¿Como se puede amar con tan poco? En mi caso el no tener nada hace que pueda tenerlo todo. Sigo con los bolsillos vacíos, pero ahora repletos de amor. Ese amor tuyo lo llevo encima a todas partes y puedo asegurar que ya no me hace falta nada mas para poder seguir viviendo. Daré mi vida si es necesario para salvar la tuya. Si recibes esta carta es porque has sobrevivido. Quizás yo no esté y muera esta noche, pero no quiero que sea en vano. Solo quiero que me prometas que si eso ocurre, dejarás ese pasado nuestro y serás feliz. Empieza de nuevo tu vida con tus convicciones, tus sueños y haz que cada segundo vivido valga la pena. Lo que puedo decirte si sobrevivo y si esta carta llega a tus manos, es donde podrás encontrarme, será el 14 de abril de cada año en el puerto de Souptampton al anochecer. Espero que Dios se apiade de nuestras almas y cumpla mi último deseo de poder volver a verte.

Te amo y te amaré por siempre, este en la tierra o en otra vida.

Siempre tuyo Jack.

Allí lo encontré envejecido en los muelles donde partió el Titanic. Sobrevivió, si, ¿como?, no lo sé, quizás el destino tenia guardado un último as en la manga. Un sueño viviente tan suyo y también tan mío, no quedo en el olvido. Fue un paréntesis, algo atípico que ambos habíamos esperado mas de ochenta años. 
Un amor hibernado en el pasado.               Un amor renacido el día de hoy.

El destino pudo separarnos, pero nunca la fuerza con la que nos amamos.

-Jordi Etresi   
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