Cuando me entregaste la desnudez de tu poema
y entrelazabas tus piernas como una flor
que se deshoja en primavera
sentí por vez primera que algo valioso poseía.
Y te entregué mi cuerpo para que durmieras en él
como una noche sin márgenes ni paredes
como una dulce manta que te protegiera
del frío de la soledad donde escondernos
en ese beso que nos dimos para sellar un pacto
que fue de sangre y para siempre.
¡Cuanto bebí yo de aquellos labios
que me ofrecían la vida a borbotones
mientras anudaba tus manos con las mías
para atrapar con fuerza la escritura de tu piel
en esa desnudez que me entregaste con tu alma
para que yo sintiera sin temor cómo se mira desde el cielo!
- Autor: Aldaril (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 23 de junio de 2020 a las 16:08
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 15
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