Y aquí estas de nuevo.
Viendote al espejo con esos ojos que no soporto.
Esa mirada que pesa y casi muerde.
En la penumbra nos sentimos tranquilas.
Esta carga me congela, me retiene en este sentir.
Me soporto apenas. Me estas sacando el aire, asfixias.
Toca mi mano, tu mano el espejo
Recorre con sus uñas a la otra que nos observa.
Tiemblo. Mi mirada se escabulle entre tumultos de agua salada.
Quisiera que fueran olas.
Quiero el mar y su paz, y su tormenta.
Pero no quiero el miedo...
¿Que busco en ese rostro?
¿Que necesito de ese cuerpo tan ajeno que es o era mío?
Oh, por los dioses, es tan difícil verte de nuevo.
Comentarios1
el arduo arte de enfrentar al misterio propio, de acoger a propio yo.
saludos cordiales.
Muchas gracias por tu comentario. La batalla mas fuerte que tenemos en la que es dentro de nosotros mismos.
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