Cuento: Una pesadilla animal o errado sueño de los humanos.

Hermes Antonio Varillas Labrador

Cuento: Una pesadilla animal o errado sueño de los humanos.

(No apto para menores de edad)

I Episodio.

Existía en la gran selva del planeta “Faunímedes” una gran variedad de fauna, es decir de muy exóticos animales.

Fauna con diversidad de especies y tan exótica era la variedad que la armonía y relación entre los mismos parecían normales.

Con la ciencia atesorada y transmitida de generación en generación a través de una cultural oral, no había necesidad de domesticación en hogares, ni de conocimientos escolares ni formales.

Y se dio el caso en un reino donde las bendiciones en todos sus ámbitos bajaban del cielo como manantiales, nadaban sus habitantes en un verdadero y no iluso mar de felicidad, es decir, en muy apetecibles aguas termales.

Sin embargo, serían tantas las comodidades y bendiciones que como algo extraordinario, comenzaron a propagarse mitos sobre emancipadores y salvadores en esos predios bestiales.

De tener riqueza y fortuna en medio de naturales, pero no tan apremiantes necesidades, surgió una hiena y un séquito de seguidores de los más tenebrosos arrabales, vendiendo su sueño de charlatán “arañero” que les permitiría ocupar mejores sitiales.

De un intento fallido de conquistar el poder por la vía violenta de las armas, y luego de un benevolente e incoherente indulto, logró finamente hacerse con el mismo por la vía de urnas electorales.

Su plan se fue cumpliendo con fraude y engaño que a casi todos se les hizo creer que eran sueños y visiones celestiales.

Empero, hasta la fe en un Dios de la Creación la pretensión fue arrancarlo de sus corazones como parte de sus malévolos y maquiavélicos planes.

Murió el amor entre los conciudadanos animales y el resentimiento, la envidia y el odio surgió en todas las capas sociales con la promesa que todos tendrían derechos a comer la dulce miel que hacían las obreras y (para él) privilegiadas abejas en los panales.

Y así fue como abandonaron sus labores a cambio del ocio para esperar que con paternalismo de estado y la importación llegasen para su alimentación hasta los tamales.

Tanta fue la ambición de la despótica y megalómana hiena que un cáncer pudieron inocularle desde otro perverso reino, fue la acomodada noticia que se regó por los medios televisivos y radiales.

Poder mediático que fue también monopolizado con la intensión de mostrar su única y autocrática verdad por los canales.

Para concluir su misión de megalómano, aspirando gobernar como el Cid Campeador después de muerto, se encargó antes de su muerte dejar el legado en manos de otra gran hiena, disfrazada de ignaro asno, que se encargaría de enseñar a todo el reino para qué sirven los lacrimales.

Y poco a poco, el sueño de fácil grandeza pasó a ser, desnudándose como gran pesadilla, el mayor desastre conocido en sus anales por las profundas y perversas calamidades.

De ser un reino animal muy civilista, progresivamente se le adoctrinó con orden cerrado y pasó a ser presa fácil de corruptos animales militares.

Tan grave fue la expropiación de derechos y sueños con terrorismo de estado que buena parte de habitantes del destruido reino dieron por marcharse en una agónica diáspora como bachaco en mudanza hacia otros lejanos países y lugares.

 

Continuar hablando del desastre, del fraude y demás elementos del cóctel de terribles problemas en ese reino, sería como redundar, y aunque imposible de creer que se agotaran todas las capacidades…

 

A la mediocre gestión y al robo cometido se les unió un nuevo socio, los animales que hacían de falsa oposición salieron a la palestra mostrando su verdadera imagen sin tantas dificultades.

 

Y ya con el país vuelto un verdadero desastre, ocurrió un evento digno de relatarse, una pandemia cundió sobre “Faunímedes”, una de las terribles catástrofes universales.

 

Se decretó como la medida de prevención más efectiva para contrarrestarla, una cuarentena obligatoria en todos los hogares.

 

Y como cosa del demonio para salvar a la hiena y todos sus comensales, vino la idea genial, luego de varias semanas de confinamiento que le sirvieron como un efectivo globo de ensayo, decide extender la cuarentena por lo que resta del año y con ello agotar todas sus posibilidades criminales.

 

Se cumplió en “Faunímedes” lo que dejó para la posteridad un insigne escritor que les predijo en uno de sus planetas pares acerca de todos sus males.

“La gente baldía y perezosa es en la república lo mismo que los zánganos en las colmenas, que se comen la miel que las trabajadoras abejas hacen.” – Miguel de Cervantes Saavedra.

 

Este cuento tiene su continuación, y si tiene parecido con algún país en el planeta Tierra, son meras coincidencias a manera de casualidades, …

¿Dije casualidades?, perdón la palabra correcta es causalidades.

O tal vez sean ganas de especular de este chalado escritor y educador ya jubilado.

 

Hermes Varillas Labrador

#FormandoCiudadanía & #ElArcoIrisDeLosNiños

 

 

11/04/2020

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  • Autor: Poemas Potosinos (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 28 de junio de 2020 a las 07:50
  • Categoría: Sociopolítico
  • Lecturas: 11
  • Usuarios favoritos de este poema: Lualpri
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