"No soy solo lo que escribo y lo que percibo, también soy lo que me sucede; y además...lo que debió suceder. Nada se mueve hacia atrás en el tiempo;solo los recuerdos y algunas voces".
Voces
Una gran tormenta ingreso por mi cuerpo devastando todo a su paso, restos de mí se esparcieron por todo el espacio, aunque nadie pudo ver absolutamente nada.
La tierra, de pronto dejo de apoyar mis pies, y mi cuerpo languideció detrás de un pensamiento abatido. La tormenta parecía haberse llevado casi todos los sonidos. El más mínimo ruido se oía patético.
La devastación era agotadora. El rumbo y la incertidumbre tenían forma de puñal hundiéndose en mi piel, el cansancio parecía desvanecer mi humanidad, y moverme era inútil. La soledad era un inmenso páramo.
Atiné a correr con mi mente, traté de huir hacia cualquier lugar sin importar hacia donde, pero era en vano, mi cuerpo no respondía; éste, parecía no ser mío, quería abandonarlo y dejar de andar.
Mis sentidos ajenos lo observaban todo, el daño era impactante, como en una batalla donde ya no hablaría más nadie, solo había duelo por todos lados.
Ya nada parecía habitar mi cuerpo, lo que quedaba, ya no existía. Mis venas tensas y vigorosas latían, podía escucharlas. Mi cuerpo era una pesadumbre inhóspita, solo algunos restos me susurraban a la distancia.
Soy lo que me sucede, lo que siento y lo que percibo, aunque este atrapado en un cuerpo limitado. Algunos sentimientos lejanos se ponen densos como la bruma, detrás, un rostro que desaparece frente al espejo, junto a todas las preguntas que formaron aquella tormenta.
Es muy extraño perder lo que nunca se ha tenido, pero se puede. Somos inevitablemente todo lo que nos sucede, pero también somos lo que debió suceder.
Aunque no cobijemos sentimientos de perdida conscientes, quizás alguien que debió existir, jamás pudo ser real. Algo que debió suceder, pero que nunca sucedió.
Mientras el desapego convive con una gran extrañeza tratando de coexistir...entre una realidad que se lleva la mirada, y aquello que debió suceder dentro de una dimensión desconocida.
La calma que precede a la tormenta se llena de voces, el tiempo se mueve en todas las direcciones, mientras el destino acaricia nuestro rostro, como una brisa perdida entre los riscos, y una inevitable ilusión que se llena de voces.
- Autor: Kinmaya ( Offline)
- Publicado: 28 de junio de 2020 a las 13:52
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 48
- Usuarios favoritos de este poema: Lualpri, AnnaSerena28, Lolaila, Johanny de Jesus, Yamila Valenzuela, JoseAn100, Freddy Kalvo, Willie Moreno, Yajaira Vargas, Aqua Marina, María C., kavanarudén
Comentarios3
Me gusta tu reflexión, invita a cuestionarse algunas cosas.
Saludos.
Estimada Lolaila...un placer tenerte por aquí...gracias muchas gracias.
Saludos.
Excelente Kinmaya.
Un saludo cordial
Amiga María...gracias, muchas gracias.
Un saludo para ti.
Excelentes letras.
Sabes atrapar desde el primer momento, desde que comienzo a leerte.
Existenciales letras, plenas de sabiduría.
Esas voces....voces.....
Un abrazo
Estimado Kavi, lejos estoy de ese afán existencial sabio, pero una de las palabras que mas amo...es la palabra, sabiduría.
Siempre eres muy generoso, aprecio tus comentarios y tus textos.
Abrazo para ti.
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